El reclamo de los docentes

Los docentes de todo el país recurrieron al paro de dos días para exigir al gobierno del presidente Santiago Peña que cumpla su compromiso asumido con el sector sobre el pago de reajuste salarial por inflación.

El ministro de Educación, Luis Ramírez, no tuvo la suficiente capacidad de negociar con los docentes y levantar el paro, porque es evidente que no existe intención ni voluntad política de mejorar el nivel de vida de los educadores.

El titular de la cartera de Educación, lejos de analizar el paupérrimo salario y las condiciones laborales de los maestros, se limitó a cuestionar la medida de protesta, alegando que más de 38.000 docentes ganan más de G. 8 millones.

El ministro debe sincerarse y entender que solo ganan bien en educación o cualquier ente público quienes están con los operadores políticos o recomendados de los seccionaleros.

Hasta los famosos “nepos” ganan mejor que los docentes, al igual que los ascensoristas y los que sirven café a los parlamentarios; ellos reciben mejor trato y salario que los educadores, y esto usted lo sabe, señor ministro.

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También habló de la calidad de la educación, ¿pero cómo se puede ofrecer una enseñanza óptima cuando las escuelas y colegios se caen a pedazos; cuando las sillas se encuentran destrozadas y los alumnos estudiando bajo árboles? Responda usted, señor ministro.

Otra de las burradas del Gobierno es elevar la edad jubilatoria del sector, que pretende que un docente llegue a los 60 años para retirarse, cuando que los legisladores gozan de una jubilación vip.

Es evidente que el Gobierno no tiene ni la más pálida intención de mejorar nada en el sector educativo. Hace un mes, exactamente, que las autoridades lograron desactivar el paro de transporte, el Gobierno se arrodilló ante el chantaje de los empresarios y se negó a cumplir a los docentes un justo reclamo.

Con la clase política, cada vez peor, la educación en nuestro país está por el piso. Lo dijo el propio presidente de la República, que no sirven los títulos, los diplomas, y las que realmente abrirán puertas son las afiliaciones partidarias.

Con estas apreciaciones, ¿cómo se pretende mejorar la educación en el Paraguay? Al Gobierno y a la clase política les conviene una sociedad mediocre, que pueda ser manipulada siempre.

El pueblo paraguayo ya no puede seguir arrodillado ante un sistema perverso y corrupto, es hora de levantar la voz y reclamar los justos derechos, solo así seremos libres y soberanos.

hruizdiaz@abc.com.py

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