Quienes están mejor, con seguridad, son el mismo Peña que en estos dos años y medio pudo pasear por varios países con su esposa y se construyó una casa de fin de semana en San Bernardino. Además, pudo favorecer con contratos, depósitos de dinero público y licitaciones a varias empresas de las que formó parte y a las que posiblemente volverá cuando deje el cargo.
También está mejor el vicepresidente Pedro Alliana que le dio cargos relevantes a sus amigos, como el director de Yacyretá Luis Benítez, con un salario que supera holgadamente los G. 100 millones por mes. Asimismo, consiguió trabajo para su hija en la Cámara de Diputados, con un salario superior a G. 18 millones, pese a que cuando la contrataron ni siquiera se había recibido de nada.
También están mejor, por ejemplo, los del clan Zacarías Irún de Ciudad del Este (Javier y Justo). Pese a que a Sandra McLeod se la había sacado del cargo por hechos de corrupción y que Javier cargaba con graves acusaciones, lograron que la justicia lo absuelva de culpa y pena. El gobierno de Santi Peña premió al clan dándole, entre otros beneficios, el manejo de Itaipú Binacional.
La lista de los que están mejor es bastante amplia, porque, pese a que la mayoría no siente mejora alguna, la gente que tiene poder político se reparte el dinero del presupuesto general y se beneficia con los préstamos internacionales.
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Muchos cobran “comisiones”, por no decir coimas, y no sufren consecuencia alguna porque se aseguraron de poner jueces y fiscales “amigos” que, casi siempre hacen la vista gorda a sus latrocinios.
Para disimular, de vez en cuando les sueltan la mano a algunos cuyos hechos de corrupción son demasiado escandalosos y, además, ya no son de utilidad, como el caso del exintendente Nenecho Rodríguez.
Sumado a esto, instalaron un sistema de aprietes y presión en las instituciones, exhibiendo públicamente su prepotencia.
La pregunta que cabe es si, en esta oportunidad los robos y arbitrariedades que son de público conocimiento tendrán consecuencias electorales, primero en las municipales de 2026 y luego en las generales de 2028.
Para eso debería darse que la mayoría de la gente esté consciente y realmente harta... y también que vea que existe una opción mejor para elegir.
mcaceres@abc.com.py