Ni seco ni mojado

En Alto Paraguay, de nuevo, se está librando una dura batalla contra los incendios forestales, que ponen otra vez, como en tantas otras ocasiones, en riesgo la frágil biodiversidad de la zona, representada por una gran cantidad de fauna y flora, tal vez las últimas en su especie en nuestro país.

En este panorama, y a sabiendas de lo extenso que es el territorio chaqueño, y a pesar del enorme esfuerzo que realizan los bomberos, quienes lograron sofocar inicialmente los incendios, la única solución para evitar posibles activaciones de las llamas es que se produzcan lluvias significativas en la zona.

Las precipitaciones también ayudarán a normalizar el rubro de la ganadería, principal actividad económica de la región y bastante golpeada por los permanentes cambios de la naturaleza, sobre todo para regar los secos campos pastoriles y permitir el rebrote del pasto, principal alimento del ganado vacuno.

Como se verá, todos estos beneficios acarrea la lluvia, aunque, en contrapartida, esto signifique que de nuevo las comunidades de la zona queden aisladas por la falta de caminos, así como sucedió entre los meses de abril a julio, cuando miles de familias quedaron atrapadas en sus hogares, sin poder salir tan solo a comprar alimentos.

Sucede que, en caso de que se produzcan las esperadas precipitaciones, numerosos tramos de los caminos volverán a convertirse en riachos por la acumulación de las aguas, debido a la total irresponsabilidad del Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Obras Públicas, que hasta la fecha no realiza los trabajos de reparación de los caminos.

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La primera lluvia registrada la semana pasada en la zona donde se une el camino de tierra con la nueva Ruta Bioceánica, con un promedio de 70 mm, ya daba esta señal de alerta de lo que sucederá en breve, pues con otra cantidad similar, y al no tener salida las aguas, los caminos se inundarán y así se repetirá el aislamiento de las poblaciones.

Es incomprensible la insensibilidad de las autoridades, en este caso de la ministra Claudia Centurión, pues quedar aislados, además de representar un problema social para los pobladores, genera cuantiosos gastos al propio Estado, al tener que enviar a la zona aviones, helicópteros, embarcaciones, alimentos y medicamentos para las familias.

Pareciera que las propias autoridades buscan generar este tipo de situaciones, pues al producirse el aislamiento, las personas deben mendigar para conseguir ayuda, en tanto los políticos se aseguran los votos repartiendo migajas con dinero público, a costa de la necesidad del pueblo.

calmiron@abc.com.py