Aniversario del Teatro Municipal

El martes se lanzó la emisión postal conmemorativa de los 170 años del Teatro Municipal, de Asunción, con los auspicios del intendente municipal, Luis Bello, y la directora de Correos del Paraguay, Nidia López de González.

La noche del 4 de noviembre de 1855 fue distinta de todas las vividas en el Paraguay: se descorrió el telón de un nuevo tiempo para las artes escénicas bajo un techo propio. En coincidencia con el cumpleaños del presidente Carlos Antonio López, se inauguró el Teatro Nacional que más tarde, reconstruido, sería el Teatro Municipal. Asistieron Don Carlos, su familia, altas autoridades nacionales.

La sala estaba colmada de un público cuya curiosidad crecía conforme se acercaba el momento de asistir, por primera vez en su vida, a una representación teatral de la que apenas tenía idea de lo que se trataba. Ni siquiera los actores, entre bambalinas, habían visto una obra de teatro.

En su edición número 29, del jueves 1 de noviembre de 1855, ”Eco del Paraguay”, anuncia la inauguración del teatro y el programa previsto como, entre otros actos, “Sinfonía a toda orquesta”, de Dupuis; la ópera española “Colegialas y soldados”. Al final, “un himno análogo a la festividad del día”

“Esta tendrá lugar por medio de invitación”

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

En su edición del 15 de noviembre, incluye el discurso de Ildefonso Bermejo. Copio estas palabras: “El día 4 de noviembre de 1855 será eternamente memorable en los fastos de la Historia Paraguaya (…) ¿Habrá alguno que ponga en duda la importancia de un coliseo de esta clase? El teatro, como la historia, inmortaliza a los hombres grandes, nos pone en contacto con las épocas remotas; presenta el pasado en presente; nos da reglas para las buenas costumbres; nos estimula a las acciones heroicas y nos separa de la senda del mal”.

Esta idea fue la que impulsó a Don Carlos a dar el paso decisivo con la intención de incorporar al Paraguay entre los países vecinos que ya se encontraban muy desarrollados cultural y artísticamente. Para este propósito encontró en el español Ildefonso Bermejo -contratado por Francisco Solano López en París- al intelectual y al artista que se dio íntegro a la tarea fundacional de un teatro paraguayo como expresión de progreso.

Bermejo llegó al Paraguay en compañía de su esposa, Purificación Jimenez, el 20 de marzo de 1855. Es de suponer que Don Carlos le habría encargado como primera tarea la organización de un elenco teatral y la dirección o asesoramiento de la construcción de una sala. Bermejo -a más de sus otras ocupaciones- cumplió en apenas ocho meses el encargo presidencial de habilitar el teatro con actores y actrices locales. Estos artistas fueron los primeros -y los únicos en la historia nacional- que conformaron un elenco estatal de teatro. Desde Don Carlos Antonio López hasta hoy ningún gobernante perdió el sueño por proyecto semejante. Recién en los años 60 del siglo pasado hubo un elenco subvencionado, pero municipal. No duró mucho.

Bermejo, que era también dramaturgo, tenía muy claro qué exactamente se le había encomendado. En la edición del jueves 21 de junio de 1855, incluye en “Eco del Paraguay” -del que era director- esta noticia-comentario: “La obra del Teatro Nacional sigue su curso sin interrupción; muy pronto hemos de ver terminado este coliseo, y por consecuencia, nos parece oportuno indicar con este motivo, la influencia que ejerce el teatro en la civilización de los pueblos, y la manera en que ha de ser constituida esta clase de instituciones populares (…) En cada ciudad debería construirse por lo menos un teatro, protegido por el gobierno. Las diversiones, los espectáculos, en una palabra, todo lo que puede dulcificar, perfeccionar las costumbres y hacer la vida más agradable, no son gastos estériles cuando se hacen con inteligencia y profusión”. Estas palabras siguen flotando en el vacío.

alcibiades@abc.com.py