Clamor de niños de Amambay

El pasado 20 de noviembre se conmemoró el Día Mundial de la Infancia, creado en 1954 con el objetivo de promover y defender los derechos de los niños para la salvaguarda de su dignidad y la consecución de su bienestar.

Sin embargo, la consumación o consolidación de dichos propósitos aún está lejos de lograrse en distintos puntos de nuestro país, entre ellos, naturalmente, el departamento de Amambay, al que hago hincapié en esta columna para exponer, algunas de las preocupantes situaciones que afectan a los niños de esta parte del país en materia de vulneración de derechos como actos de violencia de todo tipo entre los que, a su vez, la violencia sexual lleva la delantera según datos de entidades responsables de la materia.

El 20 de noviembre fue un día de desfile de niños de 3, 4 y 5 años, incorporados en el nivel de educación inicial en Pedro Juan Caballero. Al toque festivo propio de cualquier evento que tiene a los niños como protagonistas se sumó otro tenor, el de los reclamos expresados a través de pancartas con contenido alusivo a los derechos de los niños.

Los mensajes que transmitieron los más de dos mil niños durante la marcha reflejaron una parte de la realidad que afecta a muchos de ellos, ya que pidieron que sean respetados sus derechos a la educación, la salud, un hogar seguro, la inclusión, entre otros.

Datos brindados desde la Defensoría de la Niñez de esta ciudad señalan, sin cifras específicas, que hechos que atentan contra los derechos de los niños como la violencia sexual han ido en aumento en los últimos tiempos. Asimismo, desde el Palacio de Justicia informaron, sin brindar datos específicos, que en los juzgados se tramitan muchos procesos debido al incumplimiento de la asistencia alimenticia a los niños por parte de sus padres.

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Otros derechos vulnerados son el derecho a la educación, la identidad y un hogar seguro ya que aún son detectados casos en los que los niños no están incorporados regularmente al sistema educativo, y muchos que a cierta edad no acceden a una cédula de identidad.

Urge que el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia fortalezca su presencia institucional en el Amambay. Debe extender sus programas muchas veces aplicados en Asunción al interior como el programa Abrazo, ya que las fugaces apariciones más bien simbólicas que suelen darse de parte de dicha cartera de Estado en la zona son insuficientes para hacer efectivo el cumplimiento pleno de los derechos de los niños y adolescentes. La asistencia integral del Estado a los niños y adolescentes todavía es una materia pendiente en esta parte del país.

eder.rivas@abc.com.py