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Para elegir una carrera adecuada, primeramente debés tener en cuenta qué materia te apasiona y te parece fácil en el colegio. Si te encanta escribir o relatar algo, podés ser un exitoso periodista, pero si te atraen los animales podrías ser un buen veterinario. Acordate de que todos tus compas tienen gustos diferentes; tal tez a tu compa le encanta la química, mientras que a otro la informática o es un capo en la ciencias sociales.
Para que tu elección sea más fácil, descubrí y pensá en las actividades que te gusta hacer habitualmente. Si sos de los que gustan recorrer y tener nuevas experiencias, podés elegir una carrera que te permita hacer eso. Por otro lado, si no te callás ni un segundo y tenés facilidad de palabras, podés estudiar locución o ciencias políticas, donde puedas usar tus habilidades.
También tenés que saber cómo te sentirías más cómodo en tu futuro trabajo; puede ser un lugar cerrado como una oficina o algún espacio abierto como un zoológico. Por otro lado, también existen los test vocacionales que te sirven como referencia para elegir tus estudios universitarios, pero los resultados que obtengas no deberías tomarlos como tu única opción, ni dejes que te descarten otras que tenés en mente.
Acordate también de que estudiar en la facultad no es gratis, así que elegí una carrera que tus padres o vos mismo puedan cubrir; los libros, cuotas, fotocopias, hasta la galletita del recreo se tragan mucho dinero. Lo ideal es que tengas en mente varias opciones que te gustan; así, si una te es difícil costear, la otra tal vez sea más accesible.
Elegir una carrera que están siguiendo tus amigos o parientes no es la mejor opción; derecho, contabilidad y fisioterapia son las más populares hoy en día. Cuantas más personas estudian una profesión, puede ser muy competitivo para vos encontrar un buen empleo en el futuro.
Tampoco te guíes por una carrera solo porque, en teoría, te puede hacer ganar mucha plata; la idea de seguir una buena profesión es que lo hagas por vocación y no por cuánto dinero vas a obtener practicándola. Podés decir “quiero ser ingeniero, médico, periodista, etc.”, pero debés tener en cuenta que eso deberás ejercer toda la vida y, si no elegís la correcta, podés sufrir las consecuencias años más tarde.
Tomate tu tiempo para analizar y elegir tu profesión adecuada, puesto que lo que vas a hacer no es un simple “tatetí”. Demostrá a tus amigos y familiares que ya estás pensando en tu futuro y que sabés qué carrera vas a seguir en la facu.
Por José Peralta (18 años)