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Hace poco se cumplieron 150 años de la muerte del Gral. José Eduvigis Díaz, uno de los mayores héroes nacionales y un gran defensor de la patria durante la Guerra de la Triple Alianza contra nuestro país. El sitio donde nació el gran general, ubicado en Pirayú, es un lugar poco conocido por la juventud paraguaya; es más, algunos ni siquiera conocen la actuación de Díaz durante la contienda bélica.
Así también, algunos fortines ubicados en el Chaco, testigos de la sangrienta guerra entre nuestro país y Bolivia, se encuentran en estado de abandono. Además, estos sitios no son tan frecuentados por los compatriotas, tal vez por la distancia y el clima poco agradable que posee la región occidental.
En nuestra ciudad capital también existen edificios y sitios que tienen un lugar en la rica historia de nuestra nación guaraní. Los más frecuentados, normalmente, son el Panteón de los Héroes y la casa de la Independencia, puesto que son conocidos por casi todos los jóvenes. La Estación del Ferrocarril, el Cabildo, el Palacio de los López y la Catedral Metropolitana son estructuras que poseen siglos de vida y son poco valoradas por muchos jóvenes que prefieren visitar bares antes que estos edificios.
Las plazas que existen en Asunción sirven para tener un momento de relajación y disfrutar de espacios verdes en pleno microcentro capitalino; pero, estos sitios también tienen su lugar en los libros de historia de la nación. La actual plaza de la Democracia era, anteriormente, asiento del Convento de la Merced, sede del Congreso de 1813, en donde se nombraron consules al Dr. Francia y Fulgencio Yegros y se proclamó al Paraguay como la primera República de América del Sur.
Asimismo, la hoy Plaza Uruguaya, antiguamente, se denominaba “San Francisco”, pero cambió de nombre en en el año 1885, en muestra de agradecimiento al pueblo uruguayo que, mediante su presidente, Gral. Máximo Santos, condonó al Paraguay la deuda de guerra y devolvió los trofeos. Desde ahí, dicho espacio público pasó a llamarse “Plaza República del Uruguay”.
Existen otras decenas de lugares que nosotros como jóvenes estamos obligados a conocer y valorar, puesto que nuestra historia fue escrita en todos estos sitios. Si un día estás tekorei con tus amigos, organicen una salida, pero no nocturna, sino histórica. De esta manera, el patriotismo correrá por tus venas y tendrás más conocimiento acerca de esta tierra en donde naciste y que tiene una larga y fecunda historia.
Por Brian Cáceres Verón (18 años)