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Este fin de semana, un docente universitario intentó huir luego de que en una barrera pretendieran realizarle la prueba de alcotest en la ciudad de San Bernardino. Esta situación generó una persecusión que terminó con el hombre detenido tras chocar contra una columna. El conductor, quien salió ileso del incidente, fue identificado como Carlos Alberto Estigarribia Gamarra. Ahora se expone a imputaciones por exposición al peligro, resistencia, entre otras.
Muchas personas mostraron su indignación tras el hecho, pues, si bien es cierto que casos como estos ocurren a menudo, esta es una situación distinta, pues un docente universitario tiene más responsabilidad que otra gente de comportarse correctamente, debido al cargo tan delicado que desempeña. ¿Acaso un profesor no debería ser ejemplo para la sociedad y sus alumnos? O es una de las tantas personas que se expresa de boca para fuera y aplica la famosa frase: “Haz lo que yo digo, no lo que yo hago”.
La docencia se debe ejercer a través del ejemplo de vida. Los más grandes maestros de la historia fueron personas que dejaron huellas por el camino para que otras las sigan; enseñaban pero no con teorías o simples palabras, sino con su testimonio de vida. Ya el científico Albert Einstein decía que “dar ejemplo no es la principal forma de influir en los demás; es la única”.
Algunos docentes no son modelos de vida fuera de sus casas y mucho menos en las aulas, pues, a la hora de dar clases, en ocasiones, no se presentan y las excusas son múltiples. Otros asisten, pero espantan a sus alumnos con las muchas copias y las pocas enseñanzas que les dan. Entonces, ¿qué ejemplos están recibiendo los jóvenes que son “el futuro de nuestro país”?
Los verdaderos docentes son aquellos que se entregan y aman su profesión, los que se sienten comprometidos en mejorar el nivel de educación y, por sobre todo, los que no solo hablan de boca para fuera, sino que con sus ejemplos de vida hacen que todos quieran seguir sus pasos.
Maestro querido, ¿qué te parece si a partir de ahora vas haciendo buenos caminos para que los demás vayan detrás tuyo?
Por Valeria Candia (19 años)