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Hay veces que nos despertamos con ganas de hacer algo de nuestra vida o, simplemente, ya no queremos depender del dinero que nos dan nuestros padres. Una salida económica rentable puede ser la microempresa.
Desde hace un tiempo, muchos economistas han expresado que una solución al desempleo, entendido como la falta de puestos de trabajo, es la creación de microempresas por jóvenes con iniciativa. Algunas de las ventajas que tiene ser un emprendedor son mayor flexibilidad horaria, independencia económica y, por sobre todo, convertirte en tu propio jefe.
Una idea es el germen para empezar un negocio; no obstante, la misma no tiene valor si no se concreta en una microempresa. Al principio, se comienza soñando con algo, pero, además de la iniciativa, se deben establecer prioridades para no dejar nada al azar, ya que de este modo el emprendimiento tendrá éxito.
Muchos jóvenes son apresurados a la hora de esperar los resultados y, por ende, triunfar con un negocio les parece difícil y sin progreso. Sin embargo, tener éxito con una microempresa requiere de algunos secretos esenciales como las ganas de trabajar, la motivación y, por sobre todo, la perseverancia.
Una educación básica deficiente y poco orientada a las realidades del mercado laboral lleva al adolescente a trabajar en un empleo de muy baja productividad y sin un futuro que le permita salir de la pobreza. Por eso, algunos economistas creen que el mejor instrumento para resolver los problemas de desempleo es la promoción de las microempresas, pues, de este modo, los jóvenes emprendedores colaboran con la economía del país y logran superar la escasez con la que luchan.
Pensar que es muy difícil encontrar un emprendimiento novedoso es erróneo, ya que hay una serie de negocios a los cuales uno puede dedicarse. Por ejemplo, Belén Monsalvo y Pamela Cubilla tienen un restaurante para celíacos, “La Casolana free gluten”, que surgió después de que las chicas vieron la realidad de las personas afectadas. Por su parte, Emilia Recalde posee una tienda online de accesorios para damas, que empezó intentando ser económicamente independiente.
Iniciar una microempresa parece complicado, pero cuando existen las ganas de salir adelante no hay dificultad que pueda detenernos. Por eso, si querés convertir una idea en negocio, tenés que ser trabajador, responsable y perseverante, ya que de todo esto depende que tengas éxito en tu emprendimiento.
Por Joaquín Tandé (18 años)