Comentario: “Cheesecake y latte”. Por: Mariana Ladaga

Acostumbrada a las fastuosas fiestas, con el lujo de las monarquías europeas, con que los de su clan celebran la vida, la diputada colorada cartista Rocío Abed ya perdió, además de la vergüenza, toda noción de la realidad. Igual que el senador Luis Pettengill, representa a una clase política enriquecida a partir de cargos y salarios públicos, que hasta de sus discursos borró a quienes viven en la más inhumana pobreza.

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