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El ingreso del Primer Comando da Capital (PCC) al Paraguay, el acaparamiento del tráfico de marihuana y el aumento exponencial del tráfico de cocaína son algunos de los reveladores datos de una investigación de los periodistas Aline Ribeiro y Nicolás Iory para el medio brasileño O Globo.
El material señala, entre otras cosas, la importancia de la expansión del grupo criminal al Paraguay y un atentado significativo, ocurrido en nuestro país, como el desencadenante del aumento de la violencia en ambas márgenes de la frontera.
En los últimos años, Paraguay ha dejado de ser solamente el más importante territorio de producción y tráfico de marihuana de la región, para convertirse en una de las más importantes rutas de la cocaína producida en países como Perú y Bolivia, con destino a los mercados de Brasil, Europa y África.
En esta nota te contamos algunos de los detalles más importantes de la investigación del medio brasileño.
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Multinacional del tráfico: historia reciente del líder del PCC
Un hecho importante en el desenvolvimiento del Primer Comando da Capital es el traslado en febrero de 2019, por primera vez en décadas, de Marcos Willians Herbas Camacho, conocido como Marcola, al sistema federal fuera de São Paulo.
Según O Globo, esto marcó un cambio significativo para el líder de la organización, una de las facciones criminales más poderosas del país. Aislado en una celda durante 22 horas al día y sin visitas con contacto físico, Marcola se encontraba psicológicamente afectado
En ese contexto, recibió un mensaje que cambiaría no solo su destino, sino también el curso de la seguridad pública en Brasil.
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Tregua entre facciones
Años antes, Brasil había alcanzado un pico histórico en muertes violentas, principalmente debido a la guerra entre el PCC y el Comando Vermelho (CV). Intentando una tregua, abogados del CV se reunieron con Marcola en la prisión para negociar un acuerdo. Al igual que Marcola, integrantes del CV también estaban bajo el régimen riguroso del sistema federal.
Marcola respondió a Márcio Dos Santos Nepomuceno, alias Marcinho VP, dirigente del CV, que el verdadero enemigo era el Estado y no el crimen organizado, sugiriendo una unión entre facciones.
El CV pidió al PCC financiar acciones jurídicas para ambos grupos. El promotor Lincoln Gakiya, del Grupo de Actuación Especial de Represión al Crimen Organizado (Gaeco), informó que el PCC desembolsó al menos R$ 10 millones para pagar a juristas y abogados.
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Un conflicto sangriento
En 2016, el conflicto entre el PCC y el CV se intensificó. Uno de los eventos más notables fue el asesinato del traficante Jorge Rafaat Toumani en Pedro Juan Caballero, Paraguay.
El ataque, que involucró una ametralladora antiaérea calibre .50 que perforó la camioneta blindada de Rafaat y tuvo un costo estimado de US$ 1 millón, fue perpetrado por una alianza de criminales, incluyendo al PCC y CV.
El control del Paraguay era crucial para el PCC, debido a la producción local de marihuana y el tránsito de cocaína producida en países vecinos. El CV había estado en Paraguay desde los años ‘90, pero la captura de Fernandinho Beira-Mar en 2001 abrió el camino para el PCC, que comenzó a operar en 2005.
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Fin del pacto
Hasta la muerte de Rafaat, existía un pacto de no agresión entre el PCC y el CV que permitía una coexistencia pacífica y cooperación en el tráfico de drogas. Sin embargo, tras su asesinato y un acuerdo fallido sobre rutas, las tensiones aumentaron. Bruno Paes Manso, autor de “A Guerra”, explicó que el descontento del PCC con el CV surgió en las prisiones.
El PCC interceptó comunicaciones que demostraban que el CV estaba afiliando a presos adversarios.
Finalmente, el PCC declaró la guerra al CV en 2016, tras intentar diálogos sin éxito. Esta declaración provocó una serie de conflictos en diversas prisiones del país.
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Expansión y rivalidad
El conflicto derivó en disputas por el control del comercio de drogas. El PCC amplió sus miembros en otros estados con políticas más flexibles. Sin embargo, otras organizaciones locales rechazaron sus normas rígidas. El CV aprovechó esto para formar alianzas regionales, creciendo en oposición al PCC.
Estas tensiones resultaron en las más grandes masacres carcelarias de la historia de Brasil, llevando el conflicto también a las calles. Daniel Hirata, investigador de la Universidad Federal Fluminense, notó que hubo un reacomodo de rutas y corredores de drogas tras la muerte de Rafaat.
Según Paes Manso, el CV opera con una estructura más autónoma y flexible, mientras que el PCC mantiene una jerarquía centralizada. Esto ha permitido una rápida expansión del CV en otros estados brasileños como Bahía y Paraíba. Sin embargo, el PCC enfrenta divisiones internas, abriendo oportunidades para el crecimiento del CV.
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