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Tras una requisa realizada en la Penitenciaría de Coronel Oviedo, donde se encontraron 10 aparatos celulares y bebidas alcohólicas, Ramón González Daher y su hijo fueron trasladados a la Penitenciaría Industrial Esperanza.
Este traslado no constituye un privilegio, sino que busca un mejor control de los reclusos.
“Desconozco para que él necesitaría 10 celulares, porque él siguió utilizando el mismo número de teléfono de siempre, de hace más de 20 años, desde el día uno en la cárcel”, indicó Marcio Battilana, abogado de una de las personas implicadas en el caso contra González Daher.
Luego agregó: “Hasta donde yo sé, él siguió llamando a mi cliente y a otras personas desde el mismo número de siempre y que figura en la causa penal por extorsión”.
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“Tenemos pruebas que el día que estaba siendo condenado a 15 años, que supuestamente estaba enfermo y por eso estaba postrado en su cama, a la par le estaba escribiendo a mi cliente requiriéndole que le pague dinero. Después le llamó un par de veces, desde el mismo número”, señaló Battilana
“Él siempre alegó que es una persona enferma, que es diabético, y por eso no puede comparecer a las audiencias, pero existen imágenes que le muestran comiendo empanadas, sandwiches y ahora se ve que está tomando vino y otras bebidas, dejando en evidencia que no se cuida”, remarcó.
Ramón González Daher estuvo en la Agrupación Especializada con prisión preventiva, luego, tras recibir condena, fue a Tacumbú a una celda vip y de ahí pasó a Coronel Oviedo. “Esperemos que ahora exista un mejor control y ya no cuente con privilegios”, concluyó.