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Mediante un análisis de varios fotogramas, la jueza Lourdes Garcete reveló unos datos sobre el comportamiento del suboficial Gustavo Florentín el 31 de marzo del 2017, más conocido como el “31M”, día en el que se quemó el Congreso Nacional.
Según, la magistrada, imágenes de la Comandancia Nacional revelaron que Florentín, condenado por la muerte del joven liberal Rodrigo Quintana, se encontraba en ese lugar cerca de las 17:46 conversando con otros uniformados.
Asimismo, se habría visto a una mujer “vestida de civil” sentada y a esta persona se le acercó el uniformado ya con un arma de fuego -que sería la escopeta- bajo su axila.
“Finalmente, el mismo logra salir equipado con todos los dispositivos e indumentaria de esta agrupación antidisturbios; sale protegido con chaleco, pierneras, con una escopeta sin que nadie se lo impida. En gran medida contradice totalmente el contenido de la nota número 43 remitida por el jefe de la Agrupación de Seguridad de la Policía Nacional", mencionó.
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Florentín no tenía orden de servicio
Otro punto que mencionó que si bien Florentín “no tenía ni una orden de servicio, es indiscutible que él salió de la comandancia con conocimiento incluso de superiores que se encontraban ahí”.
“Eso nos dicen las imágenes de manera elocuente. Gustavo Florentín dejó la sede de la comandancia; desconocemos por orden de quién, pero participó de varios procedimientos hasta llegar a ubicarse frente a la sede del Partido Liberal Radical Auténtico”, precisó.
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