Anselmo Fidel Arrúa Cabrera fue hallado culpable de robo agravado con resultado de muerte, después de que la Fiscalía demostrara con evidencias y testimonios que el motivo del homicidio fue con fines de asalto.
El Tribunal de Sentencia integrado por los jueces Julio López (presidente), Luz Marina Caballero y Fátima Rojas pronunció la sentencia después de escuchar los alegatos finales del Ministerio Público, representado por la agente fiscal Lourdes Bobadilla. Previamente, también la defensa había declarado, pero sin mayor trascendencia, según las fuentes.
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Entre los elementos cotejados estaban el cruce de llamadas y mensajes por celular, además del encuentro que tuvieron esa noche en la casa del religioso, ubicada en el barrio San Carlos de Ñemby.
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“Todas esas evidencias y documentales concluyeron que el autor del hecho fue Anselmo Fidel Arrúa”, indicó la fiscala Bobadilla.
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“La Fiscalía sostuvo que era un homicidio doloso con fines de robo agravado y solicitó una pena de 30 años, pero el Tribunal consideró el cambio de calificación a robo agravado con resultado de muerte y lo condenaron a 28 años”, aseveró.
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Mencionaron entre otros testimonios, que esa noche bebieron vino hasta que en un momento dado, Arrúa fue al baño, donde se puso unos guantes, y a la salida le alertó que se trataba de un asalto, amenazándole con un machete.
López Galeano se defendió y tomó un cuchillo, instante en que se produjo un forcejeo entre ambos. El religioso hirió al maleante, pero éste le propinó con alevosía varias heridas hasta causarle la muerte por hemorragia.
De alta peligrosidad
El tribunal resaltó durante el pronunciamiento del fallo el perfil sicológico del ahora condenado, a quien consideró de alta peligrosidad. Por lo tanto, sentenció de que no habría posibilidad de reducción de la pena carcelaria.
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El condenado deberá purgar su pena en un centro penitenciario que disponga el Juzgado, aunque según fuentes es prácticamente seguro que lo haga en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, donde se encuentra recluido desde su captura.