Gabriela Méndez, madre de una adolescente, denunció que su hija fue víctima de una brutal agresión el pasado lunes, en las inmediaciones de su colegio. Según relató, la menor fue atacada por una compañera de clase con la presunta complicidad de sus padres, quienes serían funcionarios penitenciarios.
Méndez aseguró que recibió una llamada desesperada de su hija, quien apenas pudo explicarle lo ocurrido antes de enviarle imágenes con evidentes signos de violencia: heridas profundas en el rostro, rasguños y una mordida en la espalda.

“Fue algo macabro, no puedo superar las imágenes. Nunca pensé que un conflicto entre jóvenes por chismes llegaría a esta magnitud”, expresó consternada.
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Refugiada por desconocidos tras el ataque
La víctima fue auxiliada por una familia que la encontró tras el hecho y la refugió en su casa, a varios metros de distancia del lugar de la agresión. Luego, sus padres la trasladaron al Hospital de Barrio Obrero, donde recibió atención médica, y posteriormente formalizaron la denuncia ante la comisaría.
La Fiscalía intervino rápidamente, abriendo una investigación y solicitando imágenes de cámaras de seguridad. Según Méndez, dichas grabaciones confirmarían la participación activa de los adultos en la agresión.
Madre de agresora inmovilizó a la víctima
De acuerdo con el testimonio de la madre, el ataque se dio en una clara situación de desigualdad: dos adultos y una adolescente de 17 años, la madre de la agresora habría sujetado a la víctima para permitir que la compañera de colegio la golpeara. La agresión incluyó arañazos con anillos u objetos punzantes, dejando heridas graves en el rostro.
La mujer también afirmó que el padre de la agresora estuvo presente y participó directamente en la agresión.
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El conflicto es de hace meses
Méndez expresó su profunda preocupación por la seguridad de su hija, ya que ambas adolescentes asisten al mismo colegio. Aseguró que, a pesar de los intentos de su hija por mantener una relación pacífica, los conflictos persistieron desde marzo, alimentados por rencillas y chismes entre un grupo de amigas.
Criticó además la falta de respuestas de la institución educativa respecto a cómo garantizar la seguridad de la menor y su continuidad escolar.
“No nos dicen qué harán. Mi hija no puede volver tranquila al colegio”, lamentó.
Acusaciones de impunidad y amenazas
La madre denunció que los adultos implicados actúan con impunidad y amedrentan a vecinos.
“Ellos se creen intocables por trabajar para el Estado”, afirmó Méndez.
También aseguró que la madre de la agresora tiene antecedentes de violencia y habría fracturado el brazo de otra persona en el pasado sin enfrentar consecuencias legales.
Pedido de medidas de protección
Aunque la Fiscalía continúa con la investigación, Méndez teme que el proceso se extienda sin resultados inmediatos. Solicitó una medida de alejamiento para proteger a su hija y reclamó una mayor atención por parte de las autoridades.
“Estamos desamparados jurídicamente. Responsabilizo a estas personas por cualquier cosa que le pueda pasar a mi hija”, advirtió.