Ciudadanía se defiende a tiros ante aumento de ataque de los chespis

Pese a que el combate frontal al crack o chespi fue uno de los puntales de la campaña eleccionaria del presidente Santiago Peña, a dos años de su mandato los ciudadanos se ven obligados a proteger a balazos sus propiedades ante el ataque de los adictos, quienes aprovechan la escasa presencia policial en horas de la noche y madrugada para robar. Es evidente que los trabajos desplegados por los organismos del Estado para prevenir y tratar el flagelo no funcionan, ya que a diario aumenta la cantidad de adictos y delitos cometidos por los mismos, que mantienen en zozobra a los vecinos.

Un hombre dispara a un joven que irrumpió en su casa. Ocurrió el pasado lunes, en Villa Elisa.
Un hombre dispara a un joven que irrumpió en su casa. Ocurrió el pasado lunes, en Villa Elisa.Gentileza

Alrededor de 90 jóvenes de Asunción y las principales ciudades del departamento Central están afectados por el consumo de las drogas, principalmente el crack o chespi, aunque ahora el uso de la cocaína también se ha popularizado entre los adolescentes.

El aumento de la cantidad de adictos a chespi está directamente ligado a la cantidad de oferta que se tiene en las ciudades y los barrios marginales, donde según las investigaciones existen uno o dos puntos de venta en cada cuadra.

Sin embargo, lo peor de este flagelo social es que existen fundadas sospechas de que estos puntos de expendio operan directamente bajo la protección de las autoridades policiales, quienes semanalmente cobran a los distribuidores por hacer la vista gorda.

La responsabilidad de la Justicia

La Justicia también tiene su cuota de responsabilidad en esta epidemia. Operativos efectuados tanto por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y agentes del departamento Antinarcóticos de la Policía revelan que todos los traficantes son reincidentes, entran y salen de las cárceles, pero nunca cambian de modalidad delictiva.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

“En una cuadra agarramos a un traficante, luego comienza a vender otro vecino y también lo arrestamos, inmediatamente aparece otro vendedor en la misma zona. Cuando agarramos a este último los dos primeros ya están nuevamente libres y operando”, explicó un agente especial de la Senad.

El ostensivo aumento de adictos en las calles también ha multiplicado los hechos de robos y asaltos callejeros, ya que la mayoría de estos “enfermos” abandonan sus hogares y viven en las calles, en algunos casos en grupo y de cualquier forma deben conseguir el dinero u objeto de valor para conseguir su dosis diaria.

Legítima defensa

Esta semana dos ciudadanos se vieron obligados a ejercer la legítima defensa y disparar sobre intrusos, jóvenes adictos que ingresaron a sus casas para robar.

El primer hecho se registró el lunes de madrugada en el barrio Mbocayaty de Villa Elisa, donde Víctor Idilio Silva Carrillo (39) hirió en el brazo a Miguel Ángel Benítez González (26), para evitar que le robara todas sus herramientas de trabajo.

Casi 24 horas después, pero en el barrio San Isidro de Lambaré, el exviceministro de Trabajo Luis Carlos Orué Servín (36) tuvo qua bajar a tiros del techo de su casa al exconvicto Manuel Sebastián Estigarribia (36). Este sufrió un disparo en la nalga, pero sin gravedad.

Sin embargo, el 19 de mayo último José Alcides Garozzo Lezcano (29), también adicto al chespi, no tuvo la misma suerte de estos dos últimos y fue matado de un tiro por el propietario de la residencia donde ingresó aparentemente para descansar.

El empresario Karim Abou Saleh sorprendió al joven en el patio de su casa en el barrio Obrero de Asunción y debido a que pensó el intruso lo iba a atacar, le disparó. El caso fue catalogado como legítima defensa por la Fiscalía.

Enlace copiado