El desgarrador relato del paraguayo que sobrevivió al naufragio en Chile

Juan Andrés Rojas, único sobreviviente del naufragio de la lancha “Ana Belén” en el sur de Chile, relató cómo logró mantenerse con vida en condiciones extremas. Resaltó cómo luchó por sobrevivir durante varios días, soportando frío, hambre, heridas graves y el miedo constante a no volver a ver a su hijo de 7 años.

El 21 de agosto pasado, naufragó la lancha “Ana Belén”, hacia el sur de Chile. Iban a bordo cuatro paraguayos, de los cuales solamente Juan Andrés Rojas fue encontrado hasta la fecha. Pasó casi tres días entre el mar abierto, las fuertes olas y las rocas frías, hasta ser rescatado.

Tras varias semanas de recuperación en el hospital, contó que ese día trágico salieron a las 18:00 con dirección a Puerto Arenas, para llevar su carga de pesca. “Fuimos navegando como cuarenta minutos, cuando impactamos contra una ola grande que causó que la lancha se rompiera y nos hundimos”, detalló.

Contó que, mientras navegaban, él tuvo un mal presentimiento y llamó a su hermano para mostrarle las dificultades climáticas que estaban atravesando. “Después de cortar, en un minuto, ocurrió el sarambi (el desastre). El capitán gritó: Agárrense porque viene una ola grande. Esa fue la última vez que gritó”, relató.

Destacó que en medio de esa desesperación, su amigo César González logró alcanzar los trajes de buzo y los tiró para que todos puedan vestirse. “Él alcanzó a grabar y subió a su historia en redes sociales. Dijo: ‘Vamos a morir todos en Bahía Sea’”, agregó.

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Luego de hundirse por completo la lancha, intentaron nadar a tierra. “La última vez que les vi, ellos se iban acercando a tierra, como a 30 metros de la costa, estaban más cerca. Después nos cayó la noche y en una oscuridad completa, no se veía nada, puras olas grandes, lluvia, viento, hacía mucho frío, fue una pesadilla”, señaló en entrevista para radio Monumental.

Aseguró que luego de nadar sin rumbo por casi 24 horas, llegó hasta una zona rocosa, donde finalmente lo encontraron.

Cómo logró llegar a una roca

El hombre contó que tuvo que buscar desesperadamente la forma de subir para ponerse a salvo antes de que volviera a anochecer, pues sabía que ya no resistiría.

“Al final tuve que atropellar nomás la costa porque me iba a caer la noche de vuelta. Cuatro veces las olas me reventaron encima de las piedras y casi me mató. Me rompió la parte de la boca, los dientes, la nariz. No sé cómo salí, fue un milagro”, relató.

Una vez en tierra, Rojas explicó que apenas podía mantenerse en pie. “Me sostuve por otra roca antes de que vuelva otra ola grande, porque si me agarraba de vuelta no iba a aguantar. Tuve que hacer lo posible para soportar porque ya estaba todo congelado, estaba sin calcetines, casi dos días sin tomar agua”. Según contó, encontró agua dulce, pero su cuerpo ya no resistía y comenzó a vomitar por haber ingerido demasiada agua salada.

Las condiciones climáticas empeoraban y, con temperaturas bajo cero y nevadas, tuvo que improvisar un refugio. “Encontré una cuevita y ahí me metí, tenía muchos dolores, porque la parte de la costilla casi me fracturé y tenía la boca sangrando. Entré ahí, me senté y me apagué. Creo que me desmayé de tanto dolor que tenía”, detalló.

Al amanecer, su estado era crítico. “Más o menos a las 6:00 me desperté, cuando me estaba congelando ya. Yo solo clamé a Dios que no me deje morir, porque tengo un hijo de 7 años que necesitaba de mí. Todas las noches le reclamé a Dios que no me pase eso”, expresó emocionado.

Señaló que para sobrevivir al frío intenso, se calentó como pudo. “Tuve que improvisar. Había pasto seco, tuve que inventar con eso para mi zapato. Para aguantar el frío tuve que orinar dentro de mi traje, para mantenerme con calor. Así aguantaba, si no fuera por eso no iba a aguantar, me iba a congelar porque el traje también empezaba a congelarse”, destacó.

Embarcación de la Armada de Chile que logró el rescate del paraguayo Juan Rojas, el compatriota que sobrevivió a un naufragio.
Embarcación de la Armada de Chile que logró el rescate del paraguayo Juan Rojas, el compatriota que sobrevivió a un naufragio.

Así fue rescatado

Luego de caso tres días, escuchó el ruido de un helicóptero y sintió que “se le abrió el corazón”. Sin embargo, los rescatistas no lo vieron en su primer intento.

Agregó que debido al extremo frío, perdió la sensibilidad en las piernas y los pies. “Yo tenía miedo de bajar porque no sentía nada al pisar. Como serpiente bajé de arriba, arrastrándome”, relató. Con gran esfuerzo, silbó con todas sus fuerzas para llamar la atención del equipo de rescate que iba en una embarcación. “Menos mal que sé silbar y cuando silbé recién me escucharon y me vieron mis colegas”, destacó debido a que fueron otros pescadores quienes colaboraron con la búsqueda y lo hallaron.

Finalmente, un equipo de marinos se acercó con un buzo para rescatarlo. “Tuve que tirarme otra vez al agua y nadar hacia el buque con el otro buzo marino. Ahí me subieron al barco. Aunque me dolía mucho, la adrenalina me ayudó todo. Esto fue al tercer día”, explicó.

Rojas quiso guiar a los rescatistas hacia el punto donde creía que podían estar sus compañeros, pero su estado de salud era muy grave y fue evacuado inmediatamente.

Hasta la fecha, siguen desaparecidos Joel Bogado, César González y Fernando González. Las autoridades chilenas ya cancelaron la búsqueda pero sus familiares siguen haciendo actividades para poder pagar trabajos independientes con la esperanza de hallarlos.

Juan Andrés Rojas Casco, único paraguayo rescatado con vida en la tragedia marítima en Magallanes, se reencontró con su mamá en un hospital de Chile.
Juan Andrés Rojas Casco, único paraguayo rescatado con vida en la tragedia marítima en Magallanes, se reencontró con su mamá en un hospital de Chile.

El reencuentro con su hijo

Juan contó que varias semanas después del hecho, pudo ver a su hijo, el principal motor de sus plegarias. “Él no sabía que yo tuve en accidente, cuando entró al hospital se asustó mucho, pero yo sentí tanta alegría, le agradecí tanto a Dios esa posibilidad”, expresó entre lágrimas.

Fue un milagro lo que él hizo conmigo, por eso tengo tanta fe en Dios. Cuando le recé, lo hice desde el fondo de mi corazón. Él hizo el milagro de cumplirle todo lo que pedía y gracias a eso pude volver a abrazar a mi hijo”, agregó.

Aunque ya fue dado de alta, Juan continúa su proceso de recuperación. Hoy realiza fisioterapia para recuperar la movilidad perdida y avanza lentamente, con esfuerzo y esperanza. A pesar de las heridas, el frío extremo y los días de lucha, todo indica que con el tiempo logrará una recuperación plena.

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