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Desde el 7 de diciembre hasta el día de ayer, miércoles, el gobierno de Santiago Peña se vio atrapado en un embudo del que no logra salir. Entre conferencias de prensa y posiciones ambiguas, lo único claro es que nuestro país -“el gigante dormido” que tanto pregona el Presidente de la República-, solo se ha convertido en el “hazmerreír” en el escenario internacional. Primero, el 7 de diciembre, la plana mayor de seguridad del gobierno daba una conferencia de prensa en la que aclaraban que la DEA no se iba de Paraguay.
La conferencia se dio luego de que medios internacionales y locales (tapa de The Washington Post de EE.UU. y tapa ABC del 7 de diciembre) se hicieran eco de que Jalil Rachid, titular de la Senad, firmara el viernes 6 de diciembre una carta a la Administración de Control de Drogas de EE.UU (DEA) en la cual comunicaba el cese de la cooperación entre ambas instituciones.
En ese momento, Jalil Rachid había asegurado que la decisión tuvo el absoluto respaldo del presidente de la República, Santiago Peña.
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Dijeron que “no había nada que discutir”
Incluso, según dijeron en esa conferencia, se había conversado con las autoridades norteamericanas antes de remitir la nota
En ese momento se vio a Rachid muy seguro, explicando que, con la decisión tomada, no había nada que discutir. Pero bastaron apenas 9 días para que nos percatáramos de que sí había cuestiones que discutir.
Pero sí había cuestiones que discutir, tanto así que 9 días después, en otra conferencia de prensa, Cibar Benítez, titular del Consejo de Defensa Nacional (Codena), habló de malos entendidos y de que al final sería la Senad la que dirigiría todo el trabajo con la DEA.
Santiago Peña negó reculada
Ese mismo día, el presidente Santiago Peña negaba que se tratara de una reculada, y afirmaba no solo que las reuniones con la DEA seguían, sino que el resultado sería un acuerdo “más amplio”.
Pero tal acuerdo más amplio no existió; por el contrario, solo dos días después de estas palabras, Cibar Benítez anunciaba la intención de la DEA de cortar todo tipo de cooperación con Paraguay.
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Luego de esta respuesta de la agencia antidrogas de Estados Unidos, al Gobierno de Paraguay no le quedó de otra que suplicar que el trabajo en conjunto continuara.
Paraguay remitió una nueva contestación pidiendo que se dejara sin efecto la primera nota del 6 de diciembre, alegando un supuesto desconocimiento del convenio renovado en el 2022.
En medio de todos estos dimes y diretes, los del gobierno todavía niegan, comenzando por Jalil Rachid, de que lo ocurrido haya sido un papelón.
Una de las tantas reculadas
El escandaloso retroceso del intento de cese de cooperación entre la Administración de Control de Drogas (DEA) y la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) solo es una de las tantas reculadas del Gobierno.
Desde antes de asumir oficialmente el cargo, Santiago Peña ya estaba cambiando a sus ministros y durante todos estos meses el Gobierno se vio obligado a cancelar procesos licitatorios o ampliaciones debido a múltiples cuestionamientos.
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Hoy, el líder de la bancada cartista en el Senado, Natalicio Chase, dijo en defensa del presidente de la República que este nada sabía de la determinación de cortar trabajo conjunto con la DEA, y que todo fue una decisión “unilateral”, del titular de la Senad, Jalil Rachid.
Si bien no se animó a decir que Rachid debería renunciar, sí expresó que es una decisión del mandatario y que Peña “no necesita de la renuncia” para tomar este tipo de decisiones.