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“Esta cumbre no es nada más que una una convocatoria del Club de Amigos del Cartismo. Esto mismo ya vimos hace dos años atrás cuando iniciaba este gobierno, estas mismas personas se comprometían de eliminar la corrupción y obviamente también el avance del crimen organizado, pero fijate en qué situación estamos hoy. Hoy estamos peor. Hoy nos damos cuenta de que ya está infiltrado el crimen organizado en las instituciones públicas, y ¿de quién? De las manos de ellos, de estas personas que hoy están en el poder”, señaló el diputado Adrián “Billy” Vaesken (PLRA, C).
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De manera un tanto sorprendente, Peña ratificó su “confianza” en los ministros Marco y Liliana Alcaraz que aparecen en conversaciones comprometedoras con el difunto diputado cartista Eulalio “Lalo” Gomes, mientras que, a la par, convocó el lunes a una “Cumbre de Poderes” en la que están invitados todos “colorados afines al cartismo”, según el legislador.
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“Él sigue encaprichado con la gente que está vinculadísima con el crimen organizado, porque eso es lo que se ve, eso es lo que se siente. Son personas que ocultan quiénes aportan a Seprelad para reuniones y nos damos cuenta que tienen un nexo directo con el crimen organizado, sin embargo, él las apaña”, acusó.
Muy a su pesar, adelantó no creer que haya ningún resultado positivo con esta cumbre, puesto que estará encabezado por los que son parte del problema actual. No solo incluyó en su crítica a los abiertamente cartistas, como el presidente del Congreso, Basilio “Bachi” Núñez y al de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre, sino también al fiscal general del Estado, Emiliano Rolón.
“El fiscal general, que es de extracción colorada, tiene todavía el chip de magistrado, en donde los días son meses y los meses son años. O sea, la fiscalía no avanza y, si avanza, es a paso muy lento. Él (Rolón) se olvida que es titular del ente de persecución penal y el mayor enemigo de un delito, de un hecho delictivo o de un crimen es el paso del tiempo”, cuestionó.
También incluyó al contralor Camilo Benítez, quién sí es afiliado al Partido Colorado y que “defendió” al presidente de la República cuando saltaron los cuestionamientos por su mansión en San Bernardino. Según Vaesken, “lo escuchábamos a él más como defensor, como abogado de Peña que como titular del único ente de control”.
