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Pese al escrutinio de los medios y la ciudadanía, los casos de nepobabies en entes estatales siguen campantes e impunes.
En muy pocos casos los beneficiados se vieron forzados a renunciar o llegaron a instancias judiciales en que luego fueron beneficiados con salidas alternativas, como pagar multas y ofrecer “donativos”.
Sondeos de nuestro medio revelan que, de los 80 diputados y 45 senadores, la mitad tiene parientes en el Estado que ingresaron sin competir en concursos.
Casos emblemáticos
Entre los casos más emblemáticos, están la hija del vicepresidente de la República, Pedro Alliana, y la sobrina política del titular de la Cámara de Senadores, Basilio “Bachi” Núñez (ANR, HC), jóvenes que ganan salarios de entre G. 9 y G. 20 millones.
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Estos políticos se escudan en leyes, modificadas por los mismos cartistas y sus aliados, que solo consideran como “nepotismo” si el propio político “firma” el nombramiento siendo ordenador de gastos o si el grado de consanguinidad es cercano.
Políticos de la oposición expresan que estos gastos desangran al Estado ya que no solo se incluyen a los hijos sino también a decenas de parientes de cada parlamentario y sus respectivos operadores políticos en todo el país.
En contrapartida, señalan la falta de inversión en salud y el caso del bebé muerto por falta de servicios en un hospital inaugurado por el presidente Santiago Peña en Villarrica. La clase política usó a los médicos como chivos expiatorios.
En cambio, otros sectores señalan que, si bien los casos puntuales no representan un gran impacto en el Presupuesto General de la Nación, se repudian la actitud soberbia y el abuso de poder para acceder a privilegios por encima de otros jóvenes que, sin padrinos políticos, se preparan y compiten.
