La destituida empleada relató en forma detallada sobre el hallazgo de un sobre y una bolsa con US$ 100.000 en cada paquete, es decir, US$ 200.000 (alrededor de G. 1.440 millones a la cotización de entonces). En ese caso, Luz Candado –de acuerdo a su testimonio– estuvo como intermediaria. Es decir, existe otra persona que también estuvo como testigo en primera persona del hallazgo e incluso quedó el registro en un mensaje enviado vía WhatsApp.
Otra evidencia de relevancia tiene que ver con el supuesto robo de dinero EN EFECTIVO en la residencia presidencial. La exfuncionaria contó que ese suceso se usó como motivo para someterla a ella, a su hijo Fabrizio Romero, a su hermana Liliana Candado e incluso a su esposo, Hugo Romero (sin ser funcionario público), a pruebas poligráficas.

El abogado Óscar Tuma, a través de ABC TV, confirmó la versión del presunto hurto de dinero. Fue luego de otra confirmación a él por parte del director de administración y finanzas del Gabinete Civil de la Presidencia, César Ibarrola, según declaró.
Lo raro es que nadie hizo una denuncia oficial a pesar de que una comisaría está al lado de la residencia presidencial.
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En otras palabras, el testimonio de Luz Candado era revalidado desde el primer día de difusión.
A esta reconfirmación se sumó otra evidencia más revalidada con el transcurrir de los días. Y tiene que ver con el uso de polígrafos, que el mismo ministro de Defensa Nacional, Óscar González, se encargó de reconocer que se usó para cuatro civiles.
González ensayó una excusa de supuesto respaldo legal. Sin embargo, hasta la fecha todo apunta a que ese uso raya la ilegalidad, sin que el Ministerio Público se inmute por investigar.
