El caso de la diputada Johana Vega (ANR, cartista) evidencia que muchas de las autoridades viven en una burbuja de privilegios, para colmo financiada a costa del ciudadano común, ya que apenas con una “comunicación” de su ausencia -ni siquiera un justificativo- pudo viajar a Cancún, México, junto a su pareja, el titular de Petropar, Eddie Jara, sin que siquiera se le descuente su millonaria dieta.
Lea más: Petropar: Eddie Jara en Cancún mientras cañicultores endurecen protesta
El documento que obra en la Cámara Baja presentado por Vega señala “que por motivos particulares estaré ausente en la sesión ordinaria o sesión extraordinaria que fuera convocada el martes 30 de septiembre”.
Lea más: Diputado González estalla contra el gobierno de “cleptómanos”, “Al Capones” y “calentones”
La misma fue de viaje a las paradisíacas playas de Cancún acompañada de Jara, para participar de una boda. La pareja recientemente también “coincidió” en un viaje romántico el 26 de agosto pasado por Europa.

Llama la atención que en el encabezado del documento no obra la fecha para datar la nota, sino que simplemente dice “septiembre”. El sello de recepción señala que se presentó supuestamente el 23 de septiembre.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Sin embargo, la nota de comunicación de ausencia no se registra en los Asuntos Entrados de la sesión del 30 de septiembre, ni de la anterior (23 de septiembre), lo que sumado a la omisión de la fecha en la nota, genera sospechas sobre el documento.
Los diputados, que al mes cobran G. 37.900.000, a diferencia del ciudadano común -sobre todo del sector privado- son además privilegiados, ya que no tienen mayores exigencias para asistir regularmente a la Cámara más allá de los días de sesiones, pese a que su obligación también es sesionar en comisiones.
El reglamento de la Cámara Baja (art. 18) dice que solamente cuando la ausencia sea por más de 3 sesiones consecutivas o 5 alternadas, se requerirá permiso del pleno, el cual decidirá si es o no con goce de sueldo.
Esto a diferencia de -por ejemplo- un trabajador con sueldo mínimo en el sector privado, cobra G. 2.899.048 mensuales, debe trabajar 48 horas semanales, no tiene permiso para faltar salvo por motivos justificados, e incluso es pasible de descuentos salariales por ausencias o llegadas tardías.
Sin embargo, la mayoría de los legisladores a duras penas asisten los días de sesiones (martes), tienen la opción de sesionar de manera virtual en las comisiones (lunes), y salvo contadas excepciones, a duras penas se los ve en la sede del Congreso a partir de los miércoles.
Vega es una de las más viajeras, y además tuvo tres meses de “vacaciones” en el receso parlamentario.