Senado emplaza al pleno a definir en 15 días proyecto que restituye el voto secreto de los ministros de la Corte

Con mayoría cartista y de sus aliados, el Senado decidió postergar por 15 días el tratamiento del proyecto de ley que busca restituir el voto secreto de los ministros de la Corte Suprema de Justicia para elección de autoridades y circunscripciones judiciales, en reemplazo del sistema nominal y público establecido por la Ley Nº 7058/2023. La senadora Celeste Amarilla (PLRA) defendió el secretismo y abrió el debate para extender al Congreso para ciertos casos.

El senador Javier Zacarías Irún (ANR, HC), conversa por teléfono en la sala de sesiones del Senado.
El senador Javier Zacarías Irún (ANR, HC), conversa por teléfono en la sala de sesiones del Senado. Gustavo Machado

El senador Javier Zacarías Irún (ANR, HC), presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, solicitó la postergación del tratamiento, alegando la falta de dictámenes de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Legislación. Propuso que el tema sea incluido como primer punto del orden del día en la próxima sesión ordinaria prevista para el 29 de octubre.

“Ya que no existen dictámenes, es imposible tratar este proyecto hoy. Solicito la postergación por 15 días y que las comisiones dictaminen como primer punto del orden del día”, expresó Zacarías.

Este proyecto de ley hace a la institucionalidad, fortalece la democracia y debe acentuar la división de poderes. Tengo entendido que hay un cierto atropello a la institucionalidad y por eso es urgente tratar este proyecto para reencausar la institucionalidad, fortalecer la democracia y la división de poderes”, añadió.

Defiende secretismo y abre debate para extender al Congreso

En contrapartida, la senadora Celeste Amarilla (PLRA) defendió con énfasis el voto secreto como garantía de libertad y protección a las minorías, argumentando que su eliminación abre espacio a presiones, chantajes y extorsiones en los procesos de decisión política.

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“El voto secreto le beneficia a los débiles, a los que están frente al poder, a las minorías. En un país como este, corrupto, donde muchas cosas se pagan con votos, el secretismo garantiza libertad y evita inducciones o amenazas”, sostuvo Amarilla.

“Sin voto secreto no se puede hablar de libertad, autonomía ni soberanía del ciudadano. La violación del voto secreto es delito en todo el mundo”, agregó.

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Amarilla incluso planteó que el voto secreto podría extenderse a otros temas sensibles, como la pérdida de investidura de legisladores, donde —según su visión— las presiones políticas y mediáticas distorsionan el sentido del voto.

“La pérdida de investidura no sé si debería ser con voto secreto, porque también está contaminada de afectos, desafectos, venganzas, revanchas, presiones y extorsiones. Cuántas veces votamos presionados por el ambiente o por titulares de la prensa”, señaló cuando que la Constitución Nacional establece claramente que no existe mandato imperativo.

“Hay una delgada línea entre la transparencia y la necesidad de secretismo. El voto secreto es una institución de la República, sin la cual no se puede hablar de democracia”, concluyó.

Próximo paso: decisión en 15 días

Con la aprobación de la moción de postergación, el Senado emplazó a las comisiones a expedirse y al pleno a tratar el proyecto dentro de 15 días.

El tema promete reavivar un intenso debate político entre transparencia y secretismo, con implicancias directas en la independencia judicial y la rendición de cuentas de los ministros de la Corte Suprema.