Efectivamente, Nicolás Leoz fue cliente de Banco Atlas, como también lo fue, hasta donde se sabe, de otros ocho bancos en Paraguay: Banco do Brasil, Banco Itaú, Banco Regional, BBVA, Banco Continental, Banco Interfisa y Banco Amambay, actualmente Banco Basa, por montos muy superiores. Banco Atlas manejó una parte pequeña de sus operaciones, justamente las que provenían de sus actividades comerciales lícitas, sin relación alguna con la Conmebol, pese a lo cual, en diez años desde que se desató el escándalo del FIFAgate, fue la ÚNICA institución financiera investigada en Paraguay, pese a contarse con profusa evidencia incriminatoria respecto a otras, surgida de una auditoría forense encargada por la propia Conmebol a instancias de Estados Unidos, y de hacerse pública la repatriación de decenas de millones de dólares desde paraísos fiscales.
El caso FIFAgate, que estalló en Estados Unidos el 27 de mayo de 2015, destapó una enorme red de corrupción en la Confederación Sudamericana de Fútbol e involucró gravemente al paraguayo Nicolás Leoz, presidente de la Conmebol durante 27 años, desde el 1 de mayo de 1986 hasta el 23 de abril de 2013.

Al momento en que se conoció la imputación a dirigentes y empresarios del fútbol por parte de la Justicia de Estados Unidos, Banco Atlas tenía certificados de depósitos de ahorro de Nicolás Leoz por alrededor 6 millones de dólares al tipo de cambio de la época, equivalentes a menos del 10% de su patrimonio estimado, y fue la PRIMERA entidad financiera paraguaya en reportarlo a la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero y Bienes (Seprelad), el 29 de mayo de 2015, al día siguiente de la publicación de los sucesos.
Esos fondos en Banco Atlas eran 100% trazables y provenían exclusivamente de operaciones comerciales lícitas y conocidas en Paraguay de Nicolás Leoz, mayormente en guaraníes, sin transferencias desde el exterior y sin relación con la Conmebol. Leoz era una persona pudiente que gozó de prestigio y elevado perfil financiero antes de conocerse los graves hechos que se le imputaron.
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A partir del FIFAgate y de haber realizado las pertinentes comunicaciones a las autoridades, Banco Atlas NO aceptó nuevos depósitos de ese cliente y las operaciones se limitaron a la acreditación de intereses. En 2016, estando libre de inhibiciones, Leoz constituyó con esos saldos dos fideicomisos de carácter testamentario, debidamente inscriptos en el Registro Público y con cláusulas específicas que impedían que el dinero quedara blindado en caso de reclamos judiciales.
La Conmebol, presidida por Alejandro Domínguez, tenía amplias, sólidas y detalladas evidencias incriminatorias contra Nicolás Leoz, tanto por la investigación del FBI y de las fiscalías estadounidense y suiza, como por una auditoría forense encargada a instancias de Estados Unidos a la consultora Ernst & Young, que produjo su reporte final el 17 de febrero de 2017, después de analizar más de 20.000 documentos.
Allí se constatan transferencias irregulares de dinero de la Conmebol a cuentas personales de Nicolás Leoz por casi 50 millones de dólares, multimillonarias operaciones sospechosas sin respaldo y se identifican los bancos paraguayos y extranjeros a través de los cuales se realizaron movimientos por 1.000 millones de dólares de la Conmebol solamente en el período comprendido entre el 1 de enero de 2011 y el 31 de diciembre de 2015. Banco Atlas no es mencionado ni una sola vez en TODO ese informe de 47 páginas.

Sin embargo, pese a contar con evidencia verificada, la Conmebol al mando de Alejandro Domínguez jamás molestó en vida a Nicolás Leoz, no pidió informes oficiales sobre sus finanzas, ni sobre los movimientos en los bancos mencionados en su auditoría, y mucho menos solicitó embargos preventivos. Ni siquiera lo denunció personalmente, sino que presentó una primera “denuncia innominada”, a partir de la mencionada auditoría, el 6 de junio de 2017, que nunca se ocupó de impulsar.
Tampoco persiguieron a Leoz en vida las agencias gubernamentales bajo la presidencia de Horacio Cartes (2013-2018) ni la Justicia paraguaya, al punto de que nunca hubo una causa contra él en Paraguay, excepto el trámite del exhorto de extradición de Estados Unidos (que no prosperó), y hasta el día de su muerte, el 28 de agosto de 2019, gozó en el país de libre disponibilidad de sus bienes.
Todo esto y mucho más, como cuestionados convenios por derechos y patrocinios, quedó al descubierto por publicaciones de ABC Color, parte del Grupo Zuccolillo al igual que Banco Atlas, lo que generó la molestia de Alejandro Domínguez, que incluso llegó a querellar a nuestros periodistas. Domínguez era parte de la estructura de la Conmebol antes de estallar el FIFAgate como presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) y mano derecha de su antecesor, Juan Ángel Napout, condenado en Estados Unidos en el marco del FIFAgate. Todos ellos fueron también muy cercanos a Nicolás Leoz. A esto se suma que nuestro diario reveló negocios con el Estado en los que se involucra a su hijo, Alejandro Domínguez Pérez, como el caso de un polémico contrato multimillonario de importación para la compañía estatal de combustibles.
Maniobra puesta en marcha
El 4 de febrero de 2021, dos años después del fallecimiento de Nicolás Leoz, la Conmebol, presidida por Alejandro Domínguez, presentó una nueva “denuncia innominada” en la que maliciosamente alude SOLO al Banco Atlas por la constitución de dos fideicomisos por 6 millones de dólares SIN vinculación alguna con fondos de la Conmebol a favor de herederos de Nicolás Leoz, pero olímpicamente omite mencionar a los bancos identificados por su propia auditoría que movieron cientos de millones de dólares de la Conmebol, como también nuevas aperturas de cuentas y operaciones sospechosas realizadas por Leoz ya después del estallido del FIFAgate y que, para entonces, figuraban en informes oficiales recibidos por la Conmebol y eran de público conocimiento.
Por ejemplo, jamás intentó rastrear el destino de los fondos desviados, de acuerdo con su propia auditoría, a través de Banco do Brasil, que fue la principal entidad financiera utilizada por Leoz para sus operaciones relacionadas con la Conmebol y con las empresas incluidas en el FIFAgate por la Justicia de Estados Unidos. Que se sepa, Banco do Brasil no fue nunca siquiera incluido en una investigación.
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Asimismo, en agosto de 2015, tres meses después del estallido del FIFAgate, cuando se puede suponer que Leoz, acosado por las procuradurías de Estados Unidos y Suiza, necesitaba esconder dinero de origen ilegítimo, él y su esposa, María Clemencia Pérez, abrieron varias cuentas en Banco Amambay, hoy Banco Basa, que pertenece al grupo empresarial de Horacio Cartes, quien en ese momento era presidente de la República. Banco Basa solo informó de la existencia de esas cuentas a los organismos competentes el 9 de mayo de 2017, dos años después, y nunca se supo cuánto dinero manejó la pareja a través de las mismas, mucho menos el origen de los fondos. La Conmebol nunca siquiera preguntó.
En enero de 2016, Nicolás Leoz constituyó otros tres fideicomisos casi idénticos a los de Banco Atlas en otra entidad, Banco Continental, por 27.366.819 dólares, con la diferencia de que estos fondos fueron repatriados por Leoz y su esposa de una offshore llamada Canelazo Ltd. en Nassau, Bahamas, entre agosto y octubre de 2015, después del estallido del FIFAgate, en la misma época en que abrieron nuevas cuentas en Banco Amambay/Basa. La Conmebol jamás hizo preguntas sobre estas operaciones ni a la Fiscalía paraguaya le interesó indagar.

La administración de Alejandro Domínguez se jacta de recuperar más de 100 millones de dólares de Nicolás Leoz y otros exdirigentes. Eso también es falso. Ya después de fallecido Leoz hubo arreglos extrajudiciales con sus herederos, que devolvieron 16 millones de dólares, según se sabe por informaciones periodísticas, ya que nunca se dio a conocer el contenido del acuerdo. Todo el resto del dinero no provino de gestiones de Alejandro Domínguez, sino de transferencias realizadas de oficio por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y por la Oficina del Fiscal General de Suiza, a partir de bienes confiscados a los procesados por el FIFAgate.

Banco Atlas, como corresponde y como cualquiera, tiene que responder ante la Justicia y así lo está haciendo, seguro de su inocencia y buena fe y convencido de que la reciente imputación contra sus directivos no tiene el más mínimo asidero. Pero que Alejandro Domínguez, nada menos, afirme que el Grupo Zuccolillo lavó el dinero desviado de la Conmebol por Nicolás Leoz, además de ser difamatorio, es una burla. Los hechos hablan por sí mismos.
