El efecto Coolidge: por qué algunas parejas pierden el deseo y cómo revivirlo

El deseo sexual en las relaciones de pareja es un tema complejo y multifacético que ha intrigado a psicólogos, sociólogos y profesionales de la salud durante años. Uno de los fenómenos que puede influir en la pérdida del deseo es el llamado “Efecto Coolidge”. ¿Qué significa?

Pareja en la cama.
Pareja en la cama.Shutterstock

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¿Qué es el Efecto Coolidge?

El Efecto Coolidge se refiere a la tendencia de los machos de muchas especies a experimentar un renovado vigor sexual cuando se presentan con nuevas parejas sexuales.

El término, anécdoticamente vinculado al presidente Calvin Coolidge, describe cómo la novedad de una nueva pareja puede restaurar el deseo sexual que se había disminuido.

En los seres humanos, aunque el fenómeno no es tan claro como en animales, puede servir para explicar por qué la novedad puede ser un componente estimulante en el deseo sexual.

Factores que contribuyen a la pérdida del deseo

La pérdida del deseo en una relación no siempre se relaciona directamente con la teoría del Efecto Coolidge. Hay varios factores que pueden contribuir, como la rutina y monotonía, ya que la repetición de patrones sexuales idénticos puede reducir la excitación.

Vivir bajo constante presión o cansancio también influye negativamente en el interés sexual, así como la falta de comunicación sobre necesidades y deseos sexuales puede causar desconexión emocional.

Además, factores biológicos, como cambios hormonales, pueden afectar el deseo.

Cómo revivir el deseo en la relación

Reavivar el deseo en una relación puede parecer un reto, pero hay diversas estrategias que se pueden implementar:

Introducir novedad: no es necesario buscar una nueva pareja para experimentar novedad. Probar nuevas actividades juntos, cambiar lugares para encuentros íntimos o explorar distintas prácticas sexuales puede reavivar el interés.

Mejorar la comunicación: hablar abiertamente sobre deseos, fantasías y necesidades puede fortalecer la conexión emocional y abrir la puerta a experiencias más satisfactorias.

Practicar el autocuidado: reducir el estrés, dormir lo suficiente y mantener una salud física y mental óptima contribuyen significativamente al bienestar sexual.

Consultas terapéuticas: a veces, buscar la ayuda de un terapeuta sexual o de pareja puede ser necesario para resolver problemas subyacentes o aprender nuevas formas de conexión.

El Efecto Coolidge proporciona un contexto para comprender cómo la novedad puede influir en el deseo sexual, pero es solo una pieza en el rompecabezas más grande de las relaciones íntimas.

Cada pareja debe considerar su situación única y explorar diversas estrategias para mantener y revitalizar el deseo. La clave es la apertura al cambio, la comunicación sincera y el compromiso mutuo para cultivarse uno al otro en la relación.

 

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