¿Es amor o dependencia emocional?
No siempre es fácil distinguirlo. Puede empezar como una historia de entrega total, de “no puedo vivir sin vos”, hasta que un día te das cuenta de que, efectivamente, ya no sabés vivir sin el otro. Y eso, lejos de ser romántico, puede ser una señal de alerta.
Señales de dependencia emocional
Necesitás su aprobación para “respirar”. Todo lo que hacés, lo pensás dos veces. ¿Le va a gustar? ¿Qué va a pensar? Si tu autoestima empieza a depender de una mirada o un comentario suyo, quizás no estás eligiendo: estás buscando que te elijan todo el tiempo.
Lea más: Los miedos silenciosos que sabotean tu vida sexual, y cómo enfrentarlos
Tenés miedo constante a que te deje. Sentís que en cualquier momento te va a soltar la mano, y ese miedo te hace estar en constante estado de alerta. Sos celoso, ansioso, o necesitás estar todo el tiempo conectado. No porque no confíes, sino porque sentís que si no estás ahí, desaparecés.
Siempre sos vos el que se deja para después. Querías estudiar, salir, hacer ese viaje... pero no querías que se enoje o se sienta solo. Así que postergás tus deseos una y otra vez. El problema es que, con el tiempo, uno se va olvidando de lo que quería. Y eso no es amor: es olvido de uno mismo.

No podés decidir sin consultar. “¿Qué pensás vos?”, preguntás todo el tiempo. Pero no desde el compartir, sino desde la necesidad. Si no te sentís capaz de tomar decisiones solo, si necesitás el visto bueno en cada paso, puede que estés perdiendo tu voz en esa pareja.
No sabés estar solo. Cuando no están juntos, te sentís vacío. No sabés qué hacer con vos mismo. Y aunque amás a esa persona, en el fondo también sentís miedo: miedo de encontrarte con vos, de descubrir quién sos sin el otro.
Rompen, vuelven, rompen otra vez. La historia es un loop emocional. Se pelean, se extrañan, se buscan, se reconcilian... y todo vuelve a empezar. Este tipo de vínculo desgasta más de lo que nutre, y muchas veces es un síntoma claro de que algo no está funcionando.
Lea más: Terapia sexual: cuándo conviene ir y qué se hace realmente en una consulta
¿Qué hacer para salir de esto?
¿Te suena? Si dijiste que sí a alguna o, peor aún, a la mayoría de estas características, quizás es momento de plantearte hacer algo por vos, y el primer paso es admitir que estás atrapado en una dinámica que no te hace bien.
No se trata de juzgarte ni de sentir vergüenza. La dependencia emocional no es debilidad: es una señal de heridas internas no resueltas, muchas veces de la infancia o de vínculos anteriores.
La base de la dependencia es una autoestima fracturada. Tenés que reconstruir tu valía personal más allá de la pareja. ¿Cómo? Hacé una lista de tus logros y fortalezas, practicá el autocuidado como si fueras tu mejor amigo, y evitá hablarte mal a vos mismo: lo que pensás, lo creés.
Lea más: Sexo “por obligación” en pareja: señales, causas y cómo salir de ese ciclo
Retomá actividades, pasatiempos y vínculos que dejaste de lado. Salir con amigos, volver a clases de algo que te gusta, pasar tiempo a solas sin sentirte vacío. La idea es reconectar con vos mismo. No sos solo “la pareja de”.
Por otro lado, un buen profesional de la terapia psicológica te puede ayudar a descubrir las raíces de tu dependencia emocional y darte herramientas para recuperar tu autonomía emocional.