Cómo afecta la fibromialgia la vida sexual
Quienes viven con fibromialgia suelen experimentar:
- Menor deseo sexual: el agotamiento constante y el dolor disminuyen la libido.
- Dolor durante el sexo: la hipersensibilidad puede volver incómodo o molesto el contacto físico.
- Malestar emocional: ansiedad, baja autoestima y frustración también influyen.
Aun así, muchas personas con fibromialgia mantienen el deseo. El desafío es adaptar la sexualidad a un cuerpo más vulnerable.
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Estrategias para una sexualidad sin dolor
1. Comunicación clara con la pareja. Hablar abierta y honestamente sobre lo que duele, lo que incomoda y lo que aún genera placer es clave. La empatía y la complicidad fortalecen el vínculo íntimo.
2. Probar nuevas posiciones. Algunas posturas minimizan la presión sobre zonas dolorosas. Buscar opciones cómodas permite mantener la conexión sin forzar el cuerpo.
3. Elegir el momento adecuado. Planificar los encuentros en los momentos del día con menos dolor o más energía ayuda a vivir la intimidad con menos tensión.
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4. Crear un entorno relajante. Baños calientes, masajes suaves o respiración consciente pueden reducir la rigidez muscular y preparar el cuerpo para el placer.
5. Usar lubricantes. Ayudan a reducir molestias causadas por la sequedad vaginal o la fricción, haciendo que el contacto sea más placentero.
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6. Activar el cuerpo con suavidad. Ejercicios como yoga, estiramientos o natación pueden mejorar la movilidad y reducir el dolor. Estar en movimiento favorece también la autopercepción corporal positiva.
7. Pedir ayuda profesional. Un sexólogo o terapeuta puede brindar herramientas personalizadas para reconstruir una sexualidad plena desde el autocuidado y el deseo.