¿Qué es la congestión pélvica?
El síndrome de congestión pélvica (SCP) es una condición que ocurre cuando las venas localizadas en la pelvis se dilatan, originando una acumulación anormal de sangre. Este fenómeno es similar a las varices en las piernas; sin embargo, en este caso, las venas afectadas se hallan alrededor del útero y los ovarios.
Las mujeres entre los 20 y 50 años son las más propensas a desarrollar SCP, especialmente aquellas que han tenido más de un embarazo.
Lea más: Deseo responsivo: qué es y cómo puede transformar tu vida sexual
Las hormonas femeninas y los cambios anatómicos durante la gestación pueden debilitar las paredes venosas, favoreciendo la dilatación.
Síntomas difíciles de identificar
El dolor pélvico crónico es el síntoma principal del SCP. Suele presentarse como una molestia sorda o presión constante en la zona baja del abdomen, que puede empeorar al estar de pie prolongadamente, durante o después de las relaciones sexuales, o en los días previos a la menstruación.
Además, algunas mujeres experimentan pesadez, hinchazón, fatiga y, ocasionalmente, molestias en la parte baja de la espalda.
Lea más: Dormir separados: ¿mejora o afecta la vida sexual y la relación de pareja?
Debido a la naturaleza inespecífica de estos síntomas, el SCP suele confundirse con dismenorrea, endometriosis, cistitis, problemas musculares o hasta trastornos psicosomáticos, hecho que complica el acceso a un diagnóstico adecuado.
Un diagnóstico que todavía es un desafío
Uno de los principales problemas con el síndrome de congestión pélvica es que los exámenes ginecológicos habituales y las ecografías convencionales frecuentemente no logran identificar las venas dilatadas.
Para una evaluación más precisa, pueden ser necesarias técnicas especializadas como la ecografía transvaginal con Doppler, tomografía, resonancia magnética o venografía pélvica, procedimientos poco comunes en la práctica clínica de rutina.
La falta de difusión y formación sobre esta patología en los círculos médicos contribuye a que muchas mujeres pasen años sin recibir un diagnóstico correcto, resignándose a convivir con el dolor o siendo derivadas reiteradamente de un especialista a otro sin una solución definitiva.
Lea más: Caminar: el ejercicio subestimado que mejora cuerpo y mente
Opciones de tratamiento y calidad de vida
Afortunadamente, existen alternativas terapéuticas para quienes padecen congestión pélvica. El tratamiento puede ir desde medicamentos que reducen la inflamación y el dolor, hasta procedimientos intervencionistas como la embolización venosa, una técnica mínimamente invasiva que sella las venas afectadas. En casos extremos, puede considerarse la cirugía.
El acceso temprano a un diagnóstico correcto puede mejorar significativamente la calidad de vida de las pacientes, evitando años de malestar y frustración.
Romper el tabú alrededor del dolor pélvico y capacitar al personal de salud son pasos fundamentales para hacer visible el síndrome de congestión pélvica. Si experimentás dolores abdominales crónicos sin causa aparente, consultá con un especialista y no minimices tus síntomas. Visibilizar esta realidad permitirá que más mujeres puedan recibir un tratamiento adecuado y recuperar su bienestar.