¿Qué es el trastorno de la conducta sexual compulsiva?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este trastorno se caracteriza por un patrón persistente de fracaso en el control de los impulsos sexuales intensos y repetitivos.
La persona experimenta pensamientos, fantasías y comportamientos sexuales que resultan imposibles de manejar, y que pueden provocar malestar significativo y dificultades en su vida cotidiana o en sus relaciones.
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Causas principales

Las causas del trastorno de la conducta sexual compulsiva son multifactoriales. Algunos factores de riesgo incluyen:
- Biológicos: desbalances en neurotransmisores cerebrales como la dopamina, o antecedentes personales o familiares de otros trastornos compulsivos.
- Psicológicos: historia de traumas, abusos sexuales, baja autoestima, depresión, ansiedad o trastornos afectivos.
- Sociales y ambientales: falta de educación sexual sana, exposición temprana a contenido sexual, o dinámicas de pareja disfuncionales.
El acceso fácil y constante a internet y redes sociales también ha desempeñado un papel relevante en el aumento de casos, facilitando la búsqueda compulsiva de estimulación sexual.
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Síntomas más frecuentes
El diagnóstico debe ser realizado por un profesional especializado, pero los síntomas que pueden alertar incluyen:
- Pensamientos sexuales que invaden la mente y dificultan el funcionamiento diario.
- Incapacidad de controlar los impulsos relacionados con el sexo, pese a conocer las consecuencias negativas.
- Relaciones sexuales frecuentes con personas desconocidas o prácticas de riesgo.
- Uso excesivo de pornografía o masturbación compulsiva.
- Sentimiento de culpa o vergüenza tras la conducta, seguido de repetición de los mismos patrones.
- Deterioro en la relación de pareja, conflictos recurrentes o pérdida del interés por otros aspectos de la vida.
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Tratamiento del trastorno en pareja
El abordaje terapéutico depende de la gravedad y las características individuales, pero suele contemplar las siguientes estrategias:
1. Terapia individual y de pareja. La base del tratamiento suele ser la psicoterapia con enfoque cognitivo-conductual, encaminada a identificar los desencadenantes del comportamiento compulsivo y a modificar los patrones de pensamiento y conducta.

Cuando la persona está en una relación, es fundamental considerar la terapia de pareja, para mejorar la comunicación, recuperar la confianza y trabajar en la intimidad emocional.
2. Tratamiento farmacológico. En algunos casos, se pueden prescribir medicamentos como antidepresivos o estabilizadores del ánimo para ayudar a controlar los impulsos y reducir la ansiedad asociada.
3. Redes de apoyo y autoayuda. Grupos de apoyo como los de Sexólicos Anónimos ofrecen un espacio seguro para compartir experiencias y recibir acompañamiento de otras personas que atraviesan la misma situación.
4. Educación y prevención de recaídas. El proceso terapéutico también incluye aprender a identificar señales de alerta y desarrollar estrategias para prevenir recaídas, así como establecer límites sanos en el uso de tecnología y redes sociales.
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Cómo puede ayudar la pareja
El papel de la pareja es clave en la recuperación. Se recomienda:
- Mantener la comunicación abierta y sin juicios.
- Buscar ayuda profesional conjunta.
- Evitar la culpabilización o el reproche, priorizando la empatía y el entendimiento.
- Establecer acuerdos claros sobre las expectativas y límites en la relación.
El trastorno de la conducta sexual compulsiva es una condición compleja, pero tratable. Reconocer el problema y buscar ayuda profesional oportuna es el primer paso para restaurar el bienestar individual y de pareja.
La educación, el acompañamiento terapéutico y el apoyo mutuo son esenciales para superar este desafío y construir vínculos más sanos y fuertes.
Si vos o tu pareja experimentan dificultades relacionadas con el control de la conducta sexual, no duden en consultar a un especialista en salud mental. El camino de la recuperación siempre es posible.