¿Por qué volvés con tu ex una y otra vez? La psicología responde

Cortar y volver con la misma persona es un patrón más común de lo que parece. Las relaciones intermitentes despiertan interrogantes sobre el apego, el deseo, la dependencia emocional y la dificultad de cerrar ciclos. ¿Puede ser sano este vaivén afectivo?

Pareja reconciliada, imagen ilustrativa.
Pareja reconciliada, imagen ilustrativa.Shutterstock

Las cifras tras los reencuentros

Estudios recientes señalan que aproximadamente el 60% de los adultos jóvenes han experimentado al menos una relación intermitente.

Este fenómeno, más común en la era digital, se ve potenciado por redes sociales y aplicaciones de mensajería, que facilitan el contacto incluso después de una ruptura.

Factores emocionales detrás de las idas y vueltas

Las relaciones intermitentes suelen estar atravesadas por una fuerte carga emocional y por inseguridades que dificultan tomar distancia definitiva.

Pareja reconciliada, imagen ilustrativa.
Pareja reconciliada, imagen ilustrativa.

En muchos casos, existe un vínculo de apego que, aunque puede volverse disfuncional, resulta difícil de cortar por completo.

Así, las parejas entran en un ciclo donde no logran convivir de forma sana, pero tampoco pueden separarse del todo.

Entre las principales razones por las que las personas vuelven con una expareja se encuentran:

  • Nostalgia y miedo a la soledad: la costumbre y el tiempo compartido generan una sensación de vacío difícil de gestionar tras una separación.
  • Esperanza de cambio: la creencia de que, en el próximo intento, las cosas serán diferentes y los problemas se resolverán.
  • Dependencia emocional: una necesidad de validación y afecto que termina pesando más que los motivos de la ruptura.
  • Dinámicas de poder o control: en algunos casos, hay juegos de manipulación consciente o inconsciente.

¿Es saludable una relación de idas y vueltas?

Diversas investigaciones han mostrado que las relaciones intermitentes tienden a provocar niveles más altos de estrés, ansiedad y baja autoestima en comparación con las relaciones estables.

Pareja reconciliada, imagen ilustrativa.
Pareja reconciliada, imagen ilustrativa.

Un estudio publicado en la revista Family Relations encontró que quienes mantienen este patrón reportan menor satisfacción y mayores conflictos.

Sin embargo, no todas las parejas están destinadas al fracaso por el simple hecho de dar segundas oportunidades.

Si el regreso se produce a partir de un aprendizaje auténtico y de cambios reales en la dinámica de la pareja, es posible que el vínculo se fortalezca y evolucione hacia una relación más estable y consciente.

La clave, según los especialistas, radica en evaluar si los motivos de la ruptura han sido realmente abordados o si solo se está repitiendo un ciclo dañino.

¿Cómo salir del ciclo?

Para quienes se ven atrapados en esta dinámica, los expertos recomiendan:

  • Reflexionar sobre los verdaderos motivos del regreso.
  • Buscar ayuda profesional: la terapia puede ayudar a identificar patrones y trabajar en la autonomía emocional.
  • Establecer límites claros y comunicación honesta.
  • Priorizar el bienestar personal antes que el miedo a estar solo.

Un fenómeno en aumento

En tiempos donde las relaciones se ven constantemente desafiadas por las exigencias personales y sociales, las intermitencias parecen estar en alza.

La recomendación de los especialistas es detenerse a analizar con honestidad si el ciclo de idas y vueltas suma o resta a la vida de cada integrante de la pareja.

Al final, más allá de las segundas, terceras o cuartas oportunidades, lo más importante es construir vínculos saludables y satisfactorios, ya sea en compañía o en soledad.

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