Fisuras vaginales: el dolor íntimo que muchas callan

Pequeñas, dolorosas y poco visibles, las fisuras vaginales afectan a muchas mujeres pero rara vez se hablan. Qué las provoca, cómo aliviarlas y por qué es clave romper el silencio en torno a este problema íntimo pero común.

Mujer sostiene un barco de papel, imagen conceptual de la vagina,
Mujer sostiene un barco de papel, imagen conceptual de la vagina,Shutterstock

¿Qué son las fisuras vaginales?

Las fisuras vaginales son pequeñas grietas o desgarros en la mucosa que recubre la vagina y el vestíbulo vulvar. Pueden variar en tamaño y profundidad, y en la mayoría de los casos, se presentan como molestias, escozor, ardor e incluso sangrado leve, especialmente durante o después de las relaciones sexuales.

Principales causas de las fisuras vaginales

Las fisuras vaginales pueden tener múltiples orígenes, entre los que destacan:

1. Sequedad vaginal: una de las causas más frecuentes. Puede estar relacionada con la menopausia, lactancia, consumo de anticonceptivos hormonales, o condiciones médicas como el síndrome de Sjögren.

2. Relaciones sexuales sin suficiente lubricación: la fricción sin la adecuada lubricación favorece la aparición de estos desgarros.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

3. Infecciones vaginales: algunas infecciones, como candidiasis o vaginosis bacteriana, inflaman la mucosa y la hacen más propensa a lesionarse.

Ardor en la vagina, imagen ilustrativa.
Ardor en la vagina, imagen ilustrativa.

4. Uso de productos irritantes: duchas vaginales, jabones perfumados o productos de higiene íntima agresivos pueden resecar y sensibilizar la zona.

5. Problemas de la piel: enfermedades como el liquen escleroso o el liquen plano genital pueden causar fisuración y sensibilidad aumentada.

¿Por qué afectan más de lo que se dice?

Muchas mujeres que sufren fisuras vaginales no consultan con un profesional de salud. La vergüenza, el desconocimiento o la idea de que se trata de un problema menor hacen que muchas lo enfrenten en silencio.

Sin embargo, estas pequeñas lesiones pueden impactar en la calidad de vida, generar temor a las relaciones sexuales y afectar la autoestima.

El silencio y la falta de información tienen un impacto directo en el bienestar físico y emocional. Además, la automedicación, la persistencia del problema o el retraso en el diagnóstico pueden agravar la condición.

Tratamiento y recomendaciones

Consulta ginecológica.
Consulta ginecológica.

El tratamiento depende de la causa subyacente:

  • Lubricantes vaginales: si la sequedad es originaria, utilizar lubricantes hidrosolubles durante la actividad sexual previene nuevas fisuras y ayuda a sanar las existentes.
  • Cremas hidratantes vaginales: para la sequedad persistente, especialmente en la menopausia, los hidratantes específicos mejoran la elasticidad del tejido vaginal.
  • Tratar infecciones: si hay presencia de infección, el tratamiento debe dirigirse a erradicar el agente causal.
  • Evitar irritantes: se recomienda usar jabones neutros y evitar productos perfumados o duchas vaginales.
  • Cuidado dermatológico: en enfermedades dermatológicas, el ginecólogo puede indicar cremas específicas (como corticoides tópicos).

En casos recurrentes o cuando no hay mejoría, es importante una evaluación médica exhaustiva para descartar condiciones más graves.

¿Cuándo consultar al especialista?

Siempre que haya dolor, sangrado inusual, ardor persistente o si las fisuras no mejoran en pocos días, es fundamental acudir al ginecólogo.

El especialista podrá determinar la causa y descartar otras patologías.

Conversar abiertamente sobre la salud íntima es fundamental para el bienestar femenino. Las fisuras vaginales no son un motivo de vergüenza y buscar ayuda médica es el primer paso hacia la recuperación.

Más allá de un problema físico, la información es herramienta clave para derribar mitos y cuidar la salud de la mujer peruana.

Si tenés dudas sobre síntomas o tratamientos, consultá siempre con un profesional de la salud.

Enlance copiado