Definición y origen del término voyeur
El término “voyeur” proviene del francés y significa literalmente “el que ve”, haciendo referencia a quien observa en secreto, sin que la otra persona lo sepa.
Inicialmente, este concepto se utilizó para describir una parafilia de carácter sexual, conocida como voyeurismo, mucho antes de la existencia de las redes sociales y los modernos recursos audiovisuales.
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Con el tiempo, la observación de la vida ajena ha adquirido dimensiones que van más allá de lo estrictamente patológico.
Voyeurismo: entre la conducta y el trastorno
En la esfera sexual, el voyeurismo implica el deseo y la búsqueda deliberada de observar a otros en situaciones íntimas como medio para incrementar el placer sexual.
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Sin embargo, cuando existe un acuerdo entre las partes involucradas, esta conducta no se considera una patología, sino una forma más de obtener placer.
La situación cambia cuando la persona se siente impulsada, de manera incontrolable, a espiar a otros sin su consentimiento ni conocimiento, lo cual conlleva riesgos para todos los involucrados.
En estos casos, el voyeurismo es catalogado como un trastorno. Es importante distinguir entre el consentimiento y el deseo, y la compulsión que caracteriza a la patología.
El valor de la mirada en la sociedad
La mirada cumple un rol fundamental en las relaciones humanas. Mirar a alguien a los ojos significa validar su presencia, mientras que evitar la mirada puede percibirse de manera negativa.
El psicoanálisis denomina a este fenómeno “visión escópica”; una pulsión que facilita la exploración del mundo y la construcción del propio universo subjetivo.
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En los adultos afectados por el trastorno de voyeurismo, el impulso de mirar es tan intenso que supera el placer obtenido de otras prácticas sexuales.
Diferencia entre voyeurismo y exhibicionismo
El exhibicionismo, en contraposición al voyeurismo, consiste en mostrarse deliberadamente para captar la atención de otros.
En este caso, el placer proviene de la exhibición y la fantasía de ser observado, una conducta que también encuentra espacio en la vida cotidiana y en los entornos digitales.
El “voyeurismo 2.0” y la influencia de las redes sociales
Con la llegada de las redes sociales, el comportamiento voyeurista se ha extendido, transformando al usuario en un observador digital de las vidas ajenas.
A través de historias, fotos y publicaciones, las personas pueden mirar y comparar cómo los demás enfrentan sus relaciones, problemas de salud, sexualidad, familia e incluso la muerte.
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Por otro lado, quienes comparten contenido buscan ser vistos y recibir reconocimiento mediante interacciones como “me gusta”, comentarios o reacciones visuales, lo que genera el denominado efecto exhibicionista.
Impacto en la vida cotidiana
Actualmente, la exposición constante a las vidas ajenas a través de plataformas digitales tiene un impacto directo en los pensamientos, percepciones y comportamientos de las personas.
El llamado “efecto voyeur” modifica la manera en que se concibe y vive la realidad, ya que la mirada ya no se orienta tanto a descubrir el mundo, sino a buscar respuestas e inspiración en un exterior que, usualmente, solo muestra su faceta más exitosa o ideal.
El voyeurismo ha evolucionado desde un comportamiento clandestino vinculado a parafilias sexuales hasta convertirse en una práctica cotidiana facilitada por la tecnología.
Distinguir entre la observación consensuada y la compulsión es fundamental para comprender sus implicancias. En la sociedad actual, la mirada se ha convertido en un intermediario clave en las relaciones humanas, modelando no solo la percepción de los demás, sino también la autopercepción y los modos de interacción social.
Fuente: Clarín