Como todos en las fiestas, un joven revisaba su regalo sentado junto al árbol de Navidad. De manera eufórica iba rompiendo el envoltorio ante la atenta mirada de sus mascotas: un perro y un gato.
Cuando por fin termina de descubrir de qué se trata el obsequio, de manera sorpresiva, el gato lo mira fijamente y pega un salto con las garras directo a la cara del hombre.
Sin dudas, una forma poco usual de terminar la Navidad.
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