Vale apuntar que la corrupción, la ineptitud y el despilfarro gubernativos no empezaron el 15 de agosto de 2023. El grave problema es que persisten, sin que se den señales claras de que los responsables de onerosos desatinos serán sancionados de acuerdo a la ley. Lo que se hace, en el mejor de los casos, es intentar corregir los disparates cometidos, inyectando aún más dinero público, tal como se ha visto en el escándalo del tratamiento de las aguas residuales del Hospital General de Coronel Oviedo. Otro buen ejemplo de lo antedicho es el inservible acueducto chaqueño de 203 km de extensión, que, según el actual presidente de la Essap, Luis Fernando Bernal, ya insumió a la fecha 120 millones de dólares, triplicando el costo previsto, sin servir aún al propósito de su construcción. Los autores de la canallada y quienes no la evitaron deben sufrir el peso de la ley.
El fiscalizador de la construcción del acueducto en el Chaco Central, ingeniero Gustavo Ojeda, admitió que existe un retraso de 30 días en la ejecución de la obra. Sin embargo, aseguró que los trabajos culminarán en la fecha pactada: mayo de 2014. Según el proyecto, actualmente el avance de las obras van en un 40%.