En el vasto universo, pocas entidades capturan tanto la imaginación y el miedo como los agujeros negros. Estas regiones del espacio-tiempo, cuyo campo gravitatorio es tan intenso que nada, ni siquiera la luz, puede escapar, han sido objeto de fascinación y estudio desde que Albert Einstein predijera su existencia a través de la Teoría General de la Relatividad.
El agujero negro más grande en las inmediaciones de nuestra galaxia tiene una masa equivalente a 40 000 millones de veces la de nuestro Sol y fue descubierto por un grupo de astrónomos del Instituto Max Planck de Física extraterrestre y de la Universidad Observatorio de Munich.
Observaciones realizadas en el sistema galáctico NGC 6240 han llevado a detectar tres agujeros negros supermasivos que están en otras tantas galaxias que se están fusionando, ha informado este jueves el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) .
Cerca del centro de la Vía Láctea existe una de las mayores estructuras observadas en nuestra galaxia, con forma de dos enormes burbujas dispuestas como un reloj de arena y que tienen una altura de varios años luz, según publica hoy la revista Nature.
Hawking deja tras sí un importante legado científico, cuyo aporte más original y esencial fue intentar establecer un nexo en el que confluyan la teoría de la Relatividad General de Albert Einstein y la física cuántica.
LONDRES. Investigadores de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, han observado una docena de agujeros negros en el centro de la Vía Láctea, en las inmediaciones del ya conocido agujero negro supermasivo de Sagitario A, según la revista Nature.