La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó oficialmente ayer ante la Corte IDH el caso por violaciones al derecho a la libertad de expresión, al principio de legalidad y a las garantías judiciales en perjuicio de Aldo Zuccolillo. Se recomendó al Estado paraguayo dejar sin efecto la condena de una millonaria multa en beneficio del ex senador colorado Juan Carlos Galaverna y una compensación para la familia del fallecido director de ABC Color. Además, instó a que se despenalicen los delitos de difamación, injurias y calumnias en casos en que la persona ofendida sea funcionaria o persona pública.
Una de las tareas más complicadas y difíciles de la actualidad debe ser, sin duda, dirigir y sostener un diario impreso. Para algunos, simplemente una industria obsoleta, para otros, la joya más valiosa para una confundida humanidad, corriente de pensamiento a la cual me suscribo.
El caso Aldo Zuccolillo contra el Estado paraguayo en la Corte Interamericana de DD.HH. es a consecuencia de una “justicia” que favoreció al exsenador Juan Carlos Galaverna antes que cuidar derechos básicos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha regalado a la República del Paraguay en general, y a la prensa en particular, un poderoso faro para alumbrar las libertades de expresión y de prensa en los difíciles tiempos que vivimos.
Para el constitucionalista Hugo Estigarribia el dictamen que emitió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a favor del entonces director de ABC Color, Aldo Zuccolillo, viene a poner orden en la justicia paraguaya que sigue sometida a la influencia política. Agregó que es un “estate quieto” para los políticos que arropados por su mayoría quieren avasallar.
Es cada vez más creciente la hostilidad manifiesta hacia el ejercicio periodístico. Así buscan neutralizar el poder que tiene la prensa de señalar las formas reprochables que tienen las autoridades de manejar la cosa pública como si fuera propia. Sin embargo, pese a esos entornos hostiles y al creciente desafío de reinventar el oficio y la industria periodística, la reciente recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos nos indica que seguimos en la senda correcta.