29 de junio de 2025
Pese a los avances sustanciales que ha logrado la industria aceitera paraguaya en términos de procesamiento de granos, por medio de una apuesta a la tecnología y la innovación, hoy se enfrenta al desafío de recuperar sus condiciones de competitividad, según analizó la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) hizo hincapié este miércoles en que si bien la agroindustria es uno de los pilares de la economía nacional, aún está lejos de aprovechar todo su potencial. Reclamó nuevamente la implementación de políticas industriales que permitan el fortalecimiento de las aceiteras y la ampliación de su impacto en el desarrollo del país.
La molienda de soja en Argentina rompió un nuevo récord al cierre del año pasado y su industria aceitera registró mejoras en la utilización de capacidad instalada, a partir de la importación de soja paraguaya, según se desprende del informe oficial del sector. En contraste, el procesamiento de oleaginosas en nuestro país atraviesa una situación crítica y las fábricas locales siguen reclamando la puesta en marca de políticas que les permitan recuperar sus condiciones de competitividad.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) reportó que, tal como se venía proyectando, la molienda cerró el 2024 con una caída del 12%, siendo diciembre el mes en que se obtuvo el volumen de procesamiento más bajo de la última década. Pese al complejo panorama, las industrias aceiteras no pierden la esperanza de que se estructuren políticas que les permitan mejorar sus condiciones de competitividad “en un futuro cercano”.
Al igual que el sector productivo, las agroindustrias se mantienen en alerta ante el complejo escenario que presenta la zafra 2024/25, cuyo resultado genera incertidumbre debido al impacto de las condiciones climáticas adversas. Aún así, aceiteras mantienen las esperanzas de obtener una “producción razonable” del ciclo en curso.
El Ministerio de Industria y Comercio (MIC) y la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) trabajan por la instalación de una mesa de trabajo que abordará la crisis que enfrentan las aceiteras, cuyas condiciones de competitividad se han deteriorado debido a la falta de consolidación de una política industrial. El gremio reclama un tratamiento fiscal equitativo, además de la implementación de un régimen de admisión temporaria para importar soja.