23 de febrero de 2025
Lo más parecido a su figura es el aval bancario, sin embargo, este requiere de una capacidad crediticia del avalado que muchas veces no resulta posible con la dinámica que se presenta en el comercio en general. Surge así el seguro de caución como un paliativo de estos problemas. Se perfecciona en una póliza donde la compañía cobra una “prima” o precio del servicio, garantizando un contrato con un tercero que pasa a ser el “interés asegurable” y, por ende, un “riesgo” de que dicho contrato se cumpla o no, lo que lleva al advenimiento del siniestro.