Tiago Javier Ortola Peralta, de 18 años, señalado como líder de un grupo criminal en el bañado Sur de Asunción y vinculado al clan Rotela, fue remitido a prisión preventiva tras su imputación por homicidio doloso y otros graves delitos.
Es de pública notoriedad que el narcotráfico mafioso ha echado raíces en el Paraguay, como lo han admitido incluso las más altas autoridades nacionales. La trágica cuestión sale a la luz, una y otra vez, cuando en uno de nuestros “puertos seguros” se incauta un cargamento de cocaína con destino a Europa o cuando lo mismo ocurre en Hamburgo o en Amberes con uno que ya ha sido exportado. También es evidente que el cultivo y la comercialización de la mundialmente famosa marihuana paraguaya sustenta a numerosas familias de agricultores del este y del sur de la Región Oriental. A todo ello se suma la producción y el consumo en gran escala del tan dañino crack, y los asesinatos entre jóvenes. En otras palabras, el narcotráfico no apunta solo a los mercados extranjeros. El Paraguay ya no es solo un “país de tránsito”.
Los allanamientos contra el microtráfico que hizo la Policía el miércoles de mañana en el barrio Pantanal de Lambaré, en un bastión del Clan Rotela, podrían ayudar a esclarecer el doble homicidio perpetrado el sábado de noche en el barrio Puerto Pabla de la misma ciudad, en el que murieron miembros del PCC.
Durante una intervención realizada ayer en barrio Obrero, la Senad constató que un adolescente de 15 años fue reclutado por el clan Rotela. Cuenta con tatuajes alusivos al grupo criminal y dijo operar como “campana”.
Agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) allanaron una boca de expendio de crack, más conocido como “chespi”, y detuvieron a dos personas que serían miembros del Clan Rotela.
El miembro del Clan Rotela (CR) Tiago Javier Órtola Peralta, prófugo del Centro Educativo de Itauguá, es el principal sospechoso del atentado del sábado a la noche en Lambaré, donde murieron dos miembros del Primer Comanda da Capital (PCC).