27 de noviembre de 2024
Escuchamos con frecuencia la aseveración “para mí, no tiene precio”. Esto denota que “algo” es invaluable para uno. Y cuando hablamos de la vida humana resulta aún más difícil establecer un valor. Nadie puede poner precio a la vida. Entonces, ¿cómo darle un valor susceptible a un riesgo para ser asegurable?