SAN JUAN BAUTISTA, Misiones. Son 25 los funcionarios de la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco) quienes exigen el pago de sus salarios adeudados desde diciembre de 2024. El motivo del atraso obedece a que no se cuenta con los recursos correspondientes para realizar el pago. Anunciaron que continuarán con la medida de fuerza hasta lograr el objetivo.
Es de lamentar que las últimas declaraciones de Óscar Stark, presidente y único miembro del Directorio (!) de la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (COPACO), no de motivos para el optimismo en relación a este verdadero lastre para el erario que, por lo demás, no presta ningún servicio relevante a la población. Según dijo, los ingresos de la empresa estatal solo alcanzan para abonar tributos, retribuir a unos 2.500 empleados y solventar su seguridad social, de lo que se infiere que es incapaz de pagar sus deudas de 110 millones de dólares que crecen a un ritmo de 10.000 millones de guaraníes mensuales, de cubrir los gastos de mantenimiento de sus equipos y de costear la modernización de la infraestructura. Siendo así, cabe insistir en la necesidad de liquidar o privatizar cuanto antes ese elefante blanco.
El presidente de la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco) afirmó que está trabajando para reducir el plantel de funcionarios de la empresa, que está hundida en una crisis económica, con un déficit mensual estimado en 10 mil millones de guaraníes. La empresa tiene unos 2.500 empleados y necesita desprenderse de la mitad, según calculó.
Funcionarios de la Copaco se movilizaron de nuevo esta mañana frente a la sede central de la institución para exigir el pago de sus salarios atrasados correspondientes a noviembre y diciembre, así como el pago del aguinaldo. Señalaron que no tienen la culpa de la catastrófica situación financiera de la empresa.
La ruinosa Copaco, que hasta junio de este año adeudaba 833.000 millones de guaraníes y cuyos ingresos no alcanzan tan siquiera para abonar puntualmente los salarios de sus 2.500 empleados, seguirá siendo un lastre para los contribuyentes, absorbiendo fondos que podrían tener mucho mejores destinos. En efecto, como el “plan estratégico” anunciado bajo el actual Gobierno, que implicaba buscar capital privado bajo la figura del riesgo compartido, no parece haber dado frutos, el Congreso resolvió de pronto que unos 1.300 empleados sean trasladados en forma definitiva a las ya sobrepobladas entidades públicas e incluidos en el Presupuesto nacional, para aligerar las cuentas de la empresa y por ende aumentar el déficit presupuestario anual. Solo el clientelismo y la politiquería pueden explicar que Juan Pueblo continúe cargando sobre sus espaldas con este costoso elefante blanco.
Los contribuyentes no solo tendrán que cargar sus impuestos los aumentazos para los parlamentarios, los millonarios salarios de sus “nepobabies” y los nuevos cargos para la clientela política, sino también el salario y los beneficios sociales del personal de Copaco que desde el próximo año se incorpora al presupuesto público.