15 de mayo de 2025
La costumbre masculina paraguaya de mostrar el abdomen desnudo, o, como se suele decir, de «pelar panza» en la vereda es una costumbre muy de barrio, pero no de cualquier barrio, sino de barrio de gente «dura», «guapa» («guapa» en el sentido paraguayo del término, es decir, como una cualidad moral, no física ni –en este caso mucho menos aún– estética), que inventa trucos a diario para comer o que trabaja arduamente para ello y de vecinos «densos» que, de hecho, delinquen. Cuando menos, desde que yo misma vivo en un barrio así, la he observado con más frecuencia que antes.
En Asunción hay barrios cuya historia es la de muchas personas y generaciones. A ese elemento tradicional se suman actualmente cambios históricos que afectan, entre otras muchas cosas, al modo humano de habitar el espacio en general y, en este caso, el espacio urbano en particular. Desde ciertos puntos de vista, uno podría creer que la vida de barrio está condenada a la extinción. Pero a veces el azar desvía las cosas de lo que parece su curso inexorable, y algunos barrios de Asunción comienzan últimamente a aparecer como espacios importantes para quienes los habitan.