28 de junio de 2025
El envejecimiento poblacional suele abordarse como una carga para los sistemas públicos, en particular por el aumento sostenido de la demanda en tres frentes: pensiones, salud y atención a la dependencia. Sin embargo, el cambio demográfico también abre una ventana de oportunidades económicas que, si son gestionadas con anticipación y visión estratégica, pueden convertirse en motor de crecimiento. Este conjunto de dinámicas y sectores vinculados a las necesidades, capacidades y aportes de los adultos mayores conforma lo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) denomina “Economía Plateada”.
TOKIO. La población de Japón decreció en 2023 por decimoquinto año consecutivo, hasta los 124,8 millones de habitantes, entre los que por primera vez los residentes extranjeros superaron los 3 millones, según datos publicados este miércoles por el Ministerio del Interior.
América Latina se encuentra en el importante proceso de cambio poblacional y Paraguay forma parte de esta reconfiguración. De hecho, la natalidad, mortalidad y migración son factores que inciden en el ritmo de crecimiento de la población, al igual que la composición por edad y sexo. De acuerdo con el INE, el nivel de cambios que se fueron dando en todos los países se enmarca dentro de lo que se denomina etapas de la transición demográfica. En tal sentido, la mayoría de los países de la región atraviesa por una transición demográfica plena, y otros, los más envejecidos, por una avanzada.
El potencial de expansión económica en América Latina se enfrenta a otro nuevo escenario: un importante cambio demográfico. Así se desprende del reciente reporte dado a conocer por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el que se menciona que en las dos décadas antes de la pandemia, la fuerza laboral había crecido en un 50%, lo que impulsó el crecimiento de la economía regional. Sin embargo, las tendencias demográficas se presentan con una ralentización, lo que se espera incidirá a la baja en los indicadores económicos para los siguientes cinco años.
Desde hace como mínimo dos décadas, nuestro mundo se ha llenado de adultos de 30, 40 y más años que niegan psicóticamente su edad real. El uso comercial y sin valor científico del término «generación» debió su éxito precisamente al miedo a envejecer.
En la estructura social y económica contemporánea, emerge un sector demográfico conocido como los DINK (Double Income, No Kids en inglés, lo que traducido significa “doble ingreso y sin hijos”). Este fenómeno trasciende meras estadísticas poblacionales, impactando profundamente sobre tendencias de mercado, políticas públicas y dinámicas culturales.