“Las mismas corporaciones de combustibles fósiles que impulsan la crisis climática son las que canalizan a Israel el petróleo que necesita para su maquinaria de guerra”, declaran los activistas de más de 60 organizaciones reunidos en Londres hoy para exigir al Gobierno británico que ponga fin a la dependencia de los combustibles fósiles y a su “complicidad en la creciente violencia genocida de Israel”.
Entre los firmantes hay ganadores del Premio Nobel, el Premio Booker y el Premio Pulitzer
Paraguay será el centro del debate sobre los desafíos globales en derechos humanos al recibir a los Ombudspersons de Iberoamérica en el XXVIII Congreso y la XXIX Asamblea de la FIO. El evento abordará temas como el derecho al agua, el cambio climático, la protección de los pueblos originarios y la justicia para las mujeres, consolidando alianzas estratégicas entre Defensores del Pueblo.
Más de 30 expertos en derechos humanos denuncian que las decisiones de los tribunales internacionales están siendo ignoradas.
Tras las críticas y movilizaciones que generó el proyecto anti-ONG primeramente en la versión de los senadores, tres relatoras especiales de organismos internacionales sobre derechos fundamentales de los ciudadanos enviaron una carta conjunta al Gobierno nacional, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresando su preocupación por ser dicho proyecto contrario a los estándares internacionales en materia de libertad de asociación y respeto a los derechos humanos a los cuales el Estado paraguayo se ha comprometido. Indicaron en dicha misiva que el proyecto de ley podría restringir indebidamente los derechos a la privacidad, la libertad de expresión, la libertad de reunión pacífica y la libertad de asociación, protegidos por pactos internacionales. Las recomendaciones de las mismas fueron ignoradas en la ley sancionada. Queda claro que en casa a alguien, con mentalidad totalitaria, no le gustan los relatores sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Los manifestantes han bloqueado la entrada principal de la sede de la Bolsa de Valores de Nueva York para exigir el fin del genocidio en Palestina.