La dramática historia del secuestro de una familia durante los terribles años del Plan Cóndor sale a luz casi medio siglo después. El libro será presentado este jueves 14 de noviembre a las 19:30 horas en la Manzana de la Rivera.
El presidente Santiago Peña visitó esta noche el “Mercado del Ferro” en la Estación Central del Ferrocarril. En medio de su recorrido por la feria gastronómica y de arte, los presentes le gritaron: “¡Dictadura nunca más!”.
SAO PAULO. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó el gobierno venezolano de Nicolás Maduro de régimen “muy desagradable” con “sesgo autoritario” e insistió en que se presenten “las actas” de votación para reconocer al ganador de las elecciones en ese país.
El 8 de agosto de 1967, nuestro diario salió a la luz con “fe en la Patria”: la sigue teniendo, pues confía en que la gran mayoría de los paraguayos comparte valores tales como la libertad, la honestidad y la justicia, a menudo amenazados desde el poder político. Clausurado por la dictadura de Alfredo Stroessner en 1984, reapareció cinco años más tarde para continuar bregando por esos bienes inmateriales, aunque enfade a los autoritarios y a los corruptos de viejo y nuevo cuño. No habrán de amilanarle las querellas ni las “comisiones garrote”, entre otros recursos a los que hoy se apela para sofocar denuncias inspiradas en el bien común, como ser la lucha contra el enriquecimiento ilícito en la función pública y el copamiento de las instituciones por las clientelas políticas, entre otras prácticas deleznables aún vigentes.
La abstención de los cancilleres de cuatro países iberoamericanos, entre otros, impidió que el Consejo Permanente de la OEA inste al Consejo Nacional Electoral de Venezuela a realizar “una verificación integral” de los resultados de los últimos comicios, publique de inmediato las actas electorales y declare “una prioridad absoluta de salvaguardar los derechos humanos fundamentales” en dicho país, sobre todo el de “manifestarse pacíficamente, sin represalias”. Llama la atención que sus gobernantes, como el brasileño Lula da Silva, o algunos políticos paraguayos, hayan cuestionado seriamente las barbaridades que ocurren en Venezuela, pero son incapaces de condenar a Maduro. Incongruencias –o hipocresías– que benefician al dictador.
El brutal dictador venezolano Nicolás Maduro es un viejo conocido en nuestro país. Siendo entonces canciller de su mentor, Hugo Chávez, en junio de 2012, llegó durante una crisis política a Asunción, oportunidad en que tuvo la osadía de arengar a militares paraguayos a alzarse contra la Constitución, la que por suerte fue desoída por los jefes castrenses. Hoy al frente del régimen chavista, quiere seguir por la fuerza pese a que ya no puede disimular una contundente derrota electoral, cuya evidencia salta en todas las formas. El último masivo fraude cometido por el desfachatado autócrata bolivariano ha merecido el repudio de la comunidad internacional, más allá de las fronteras ideológicas.