Villarrica vivió hoy una jornada histórica con la asunción de monseñor Miguel Ángel Cabello como nuevo obispo de la diócesis que abarca los departamentos de Guairá y Caazapá. La comunidad católica celebró la llegada de su nuevo guía espiritual en una emotiva ceremonia. El pastor se comprometió anunciar la verdad ante la esclavitud, la falsedad y la mentira.
CAAZAPÁ. El cardenal Adalberto Martínez denunció durante la misa que presidió en honor a San Pablo Apóstol, patrono de este distrito, que es grave el deterioro social y moral de la nación. Expresó que no se puede ser indiferente ante la dolorosa realidad de la corrupción pública y privada y del crimen organizado que crecen al amparo de la impunidad y debilitan las instituciones de la democracia. Pidió a las instituciones públicas combatir la desnutrición infantil.
CAAZAPÁ. La fiesta de la conversión de San Pablo Apóstol se conmemora mañana 25 de enero, desde las 9:00, en el templo parroquial de esta localidad, que se convertirá próximamente en la Catedral de la Diócesis de Caazapá. El tema que reflexionará el cardenal Adalberto Martínez con los fieles será: Unidos en Oración en compañía de San Pablo.
En un acto protocolar, con la presencia de autoridades departamentales, religiosas y activistas sociales, se inauguró en la capital guaireña el primer Centro de Adicciones del departamento de Guairá. Ofrece tratamientos ambulatorios y ya estaba funcionando de forma piloto desde noviembre del año pasado.
Una parroquia de la capital guaireña proyecta habilitar un centro ambulatorio de tratamiento de adicciones, con apoyo financiero de la Gobernación de Guairá. Están involucradas varias organizaciones civiles para ofrecer atención médica, psicológica y psiquiátrica; asesoría legal y contención espiritual a las personas que se encuentren en esta situación.
En un emotivo acto se realizó la ordenación sacerdotal de dos diáconos de la parroquia Inmaculada Concepción de la Virgen María, que fue acompañada por toda la comunidad de Mbocayaty, departamento del Guairá. El acto de imposición de manos fue presidido por el obispo de la diócesis de Benjamín Aceval, Mons. Amancio Benítez.