Las entidades binacionales tienen la responsabilidad de administrar la central hidroeléctrica paraguayo-brasileña (Itaipú) y la central paraguayo-argentina (Yacyretá). Ambas comparten similitudes en su estructura político-jurídica, aunque presentan diferencias significativas en cuanto a sus doctrinas nacionales e internacionales relacionadas con el aprovechamiento hidroenergético. Las mismas generan ingresos para nuestro país a través de dos mecanismos principales: los royalties y la compensación por cesión de energía.
El senador Miguel López Perito se hizo eco de las publicaciones de altos salarios que perciben los funcionarios en las binacionales e indicó que estos no pueden estar por encima de la ley.
Los astronómicos salarios que perciben en las binacionales parece que son insuficientes, porque sus funcionarios podrán también ejercer otros cargos públicos sin que implique doble remuneración; un reciente fallo de la Corte Suprema lo hace posible.
El abogado Fidel Walter Cardozo anunció su candidatura a diputado por el Departamento de Misiones y, entre sus propuestas, afirmó que en caso de llegar a ocupar una banca en la Cámara Baja se ocupará de elaborar leyes que reglamenten el cumplimiento irrestricto de los Tratados de Yacyretá e Itaipú, que incluya las responsabilidades civiles y las sanciones penales en caso de incumplimiento por parte de los directores y de los miembros del Consejo de Administración de ambas binacionales como así también la del presidente de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), por ser esta institución la que representa al Estado paraguayo en el control de ambas binacionales.
Tanto el tratado de Itaipú como el de Yacyretá le confieren a la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) la responsabilidad de supervisar las cuentas de ambas binacionales en representación del Estado paraguayo, para lo cual incluso percibe una asignación; sin embargo, el ente estatal nunca ejerció esta función, asegura el Ing. Germán Escauriza.
Hasta en la producción y consumo de energía el Paraguay es contradictorio. Produce una gran cantidad de hidroenergía, pero en la estructura del consumo final su papel se reduce a 18%.