4 de octubre de 2025
¿No resulta sorprendente que tradiciones tan distintas como el marxismo clásico, el anarquismo de Bakunin y Proudhon, el anarcosindicalismo obrero e incluso el anarco-capitalismo coincidan en un mismo horizonte? A primera vista parecen corrientes irreconciliables, pero todas comparten una misma aspiración: la posibilidad de un mundo sin Estado. Las une la convicción de que llegaría un día en que las instituciones públicas —sobre todo en su carácter coercitivo— dejarían de ser necesarias y que el conflicto humano encontraría una resolución definitiva.