14 de septiembre de 2025
En los últimos años el mercado de capitales local ha ganado protagonismo. Se observa una evolución sostenida en múltiples frentes: mayor volumen de financiamiento, expansión de la base de emisores e inversionistas, diversificación de instrumentos financieros y modernización de la infraestructura operativa. Estos avances, aunque significativos, conviven con desafíos estructurales que limitan su potencial como motor del desarrollo económico nacional. Pero lejos de representar una debilidad, estos desafíos revelan una oportunidad estratégica: permitir que los actores del ecosistema –empresas, inversionistas, casas de bolsa, reguladores– persigan sus propios intereses dentro de un entorno competitivo, transparente y adecuadamente regulado. En ese marco, la célebre metáfora de la “mano invisible” de Adam Smith cobra vigencia: cuando el interés individual se canaliza a través de estructuras sólidas y reglas claras se generan beneficios sistémicos (movilizar el ahorro hacia la inversión productiva y generar crecimiento, empleo y bienestar colectivo).
La Unión Industrial Paraguaya (UIP) enfatizó que la banca pública y las políticas financieras deben asumir un rol protagónico para orientar la financiación hacia sectores de gran potencial para diversificar la matriz productiva nacional. Subrayó que mientras la industria se posiciona como un motor económico, accede solo al 7,5% del crédito bancario, un panorama que evidencia una brecha “crédito productiva”.
La Unión Industrial Paraguaya (UIP) presentó la “Encuesta de Financiamiento Industrial”, donde abordó cómo el sector enfrenta “desafíos estructurales” para acceder a créditos y, por ende, limita su potencial para generar hasta 70.000 empleos. Se instó así a “reformular” la arquitectura de financiamiento, con el diseño de políticas más inclusivas.
La Unión de Gremios de la Producción (UGP) hizo hincapié en la necesidad de fortalecer las soluciones financieras para que el sector productivo pueda seguir innovando, tecnificándose y adaptándose a los desafíos externos como el clima y la fluctuación de los precios internacionales. Recordó que, en el 2024, la cartera de créditos para el sector agrícola alcanzó G. 30,3 billones, con un nivel de morosidad que descendió hasta 1,1%.
Las fuentes de financiamiento para las transferencias a los departamentos en Paraguay incluyen diferentes componentes como los Recursos del Tesoro que provienen del Presupuesto General del Estado y se financian con impuestos, los royalties por los ingresos obtenidos de la producción de energía hidroeléctrica y se destinan a infraestructura y desarrollo.
En los últimos años, los bonos temáticos han ganado relevancia como una alternativa de financiamiento que no solo ofrece ventajas económicas, sino que también impulsa la sostenibilidad y el desarrollo de los países. Estos instrumentos permiten a emisores, inversionistas y gobiernos acceder a recursos con condiciones favorables, fortaleciendo estrategias climáticas y promoviendo inversiones responsables.