genocidio

Patricia Martínez Sastre, Rehovot (Israel), 2 dic (EFE).- El diputado israelí Ofer Cassif encarna una anomalía dentro de su país: de principios comunistas, miembro del partido árabe Hadash Taal siendo judío, describe la guerra en Gaza como un “genocidio” y ha sido sancionado durante seis meses en el parlamento por su apoyo público a la causa palestina y a la denuncia contra Israel en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

Hoy despedimos a alguien que desafió al poder en su propio terreno: alguien que, cumpliendo las reglas del juego jurídico vigente y recurriendo a las instituciones establecidas, logró dejarnos un legado de justicia.

Theodor Meron acababa de salir del campo de concentración de Czestochowa cuando los juicios de Núremberg sentaron las bases para el desarrollo de una jurisprudencia internacional en materia de guerra de agresión, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad y para la creación de la Corte Penal Internacional (CPI), que ahora está en el ojo de la tormenta.

El ensayista y profesor de Historia en la Universidad de Exeter afirma que Europa tiene la “responsabilidad histórica” de defender los derechos de los palestinos puesto que “el movimiento sionista creó un Estado judío en Palestina como una solución europea para un problema europeo, a expensas de los palestinos”.

“Las mismas corporaciones de combustibles fósiles que impulsan la crisis climática son las que canalizan a Israel el petróleo que necesita para su maquinaria de guerra”, declaran los activistas de más de 60 organizaciones reunidos en Londres hoy para exigir al Gobierno británico que ponga fin a la dependencia de los combustibles fósiles y a su “complicidad en la creciente violencia genocida de Israel”.